El viernes pasado, al presentar en su conferencia matutina un balance sobre la economía mexicana, el presidente López Obrador mostró una serie de gráficos de los principales resultados económicos al cierre de mayo.
AMLO presentó un gráfico donde se advierte que el crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2023 en comparación con el cuarto trimestre de 2018 es de 1.2 por ciento en términos reales.
Eso es lo que ha crecido la actividad económica de México en los 17 trimestres que van de esta administración, si bien “nos fuimos al fondo con la pandemia y salimos relativamente pronto”, acotó Andrés Manuel.
Durante los próximos seis trimestres, que son los que restan de la administración de AMLO, ¿el crecimiento económico del país irá ‘viento en popa’?
El mismo viernes, en tono optimista, el presidente de la República lanzó la siguiente apuesta:
“Ya estamos levantando con relación a la situación de antes de la pandemia y nuestro pronóstico para este año es de que podemos llegar a 4.0 por ciento de crecimiento anual y esto va a subir. Y lo mismo el año próximo, que ya va a ser el último año de nuestro gobierno”.
Cabe recordar que en 2019 la economía mexicana se contrajo 0.2 por ciento e incluso cayó en una pequeña recesión.
En 2020, afectado por la pandemia de covid-19, México experimentó una caída histórica del PIB de 8.0 por ciento.
En 2021 se produjo un rebote de la economía, pero sólo alcanzó para un crecimiento de 4.7 por ciento, que no pudo compensar la caída acumulada en los dos años previos.
En 2022 la actividad económica registró un crecimiento de 3.0 por ciento anual, que sorprendió al alza, pues los analistas habían anticipado un menor dinamismo.
Esto significa que de 2019 a 2022, que son los cuatro años que van del gobierno de AMLO, el promedio de (no) crecimiento es un retroceso del PIB de 0.1 por ciento.
En la más reciente encuesta que levanta Citibanamex entre analistas de mercados, publicada ayer, las expectativas de crecimiento del PIB para 2023 aumentaron a 2.0 por ciento desde 1.9 por ciento en la encuesta quincenal previa.
Pero el rango de proyecciones va de 1.4 a 2.7 por ciento, no más abajo ni más arriba al momento.
Mientras que para 2024 la estimación de crecimiento se mantuvo en 1.7 por ciento, como en las dos encuestas previas.
Según las proyecciones actualizadas del Banco Mundial, publicadas ayer también, “la tasa de crecimiento de México será moderada”, de 2.5 por ciento en 2023, pero se prevé que desacelere a 1.9 por ciento en 2024.
En ningún caso se advierte un crecimiento de 4.0 por ciento para este año y el próximo, como lo pronosticó AMLO.
Bueno, ni la Secretaría de Hacienda es tan optimista, pues lo que ha dicho el titular de la dependencia, Rogelio Ramírez de la O, es que la economía mexicana tiene un ‘piso de crecimiento’ de 2.2 por ciento para 2023, con la posibilidad de crecer hasta 3.0 por ciento al cierre del año.
Si se cumplieran las proyecciones de los 35 analistas de mercados encuestados por Citibanamex para el periodo 2023-2024, México tendría un crecimiento promedio anual en el sexenio del presidente López Obrador de sólo 0.5 por ciento, el más pobre en una generación.
A seis trimestres para terminar la administración de AMLO, las prioridades deben estar en mantener la estabilidad económica, recuperar la confianza de los inversionistas y generar certidumbre para aumentar la inversión relacionada con el proceso de relocalización de empresas, conocido como nearshoring, para proveer al mercado de Estados Unidos.
Ayer, Ramírez de la O no sólo enfatizó que las finanzas públicas están sanas, sino que en septiembre de 2024 se entregarán sin faltantes para que la administración entrante no tenga la necesidad de aumentar impuestos.
El secretario de Hacienda también dijo, en el marco de la Reunión Nacional de Consejeros Regionales de BBVA México, que en lo que va de 2023, “hemos registrado anuncios de inversión de 20 empresas por un monto total de 13 mil millones de dólares, de los cuales 54 por ciento corresponde al sector automotor y autopartes, en donde destacan Tesla y BMW”.
Si bien México tiene grandes ventajas para beneficiarse de la tendencia a la relocalización de las cadenas productivas, aún es pronto para evaluar el impacto del nearshoring en el crecimiento, pero sin duda a largo plazo será muy positivo.