La actividad económica en México no sólo mantiene un ritmo de crecimiento robusto y mayor al esperado, sino que sigue corriendo por el ‘carril de alta velocidad’.
Eso es lo que se desprende del dato revisado del PIB del tercer trimestre de 2023, publicado por el INEGI al cierre de la semana.
Entre julio y septiembre, la economía se expandió a una tasa de 1.1 por ciento respecto al trimestre anterior, lo que representó una aceleración desde el 0.9 por ciento como dato oportuno del PIB publicado a finales de octubre.
Además de que fue el mayor ritmo de crecimiento desde el tercer trimestre de 2022, permitió a la economía hilar ocho periodos consecutivos de expansiones trimestrales.
Esta es la mayor racha de crecimiento secuencial desde el periodo de 2013 a 2015, cuando el PIB de México hiló nueve trimestres de expansión.
Consistente con lo anterior, el Indicador Global de la Actividad Económica o IGAE, proxy mensual del PIB, se aceleró en septiembre y alcanzó niveles máximos históricos.
Creció 0.6 por ciento en ese mes, muy por arriba del 0.1 por ciento que anticipó el indicador oportuno y superior al 0.4 por ciento observado tanto en julio como en agosto.
El crecimiento mensual reportado para septiembre considera el avance previamente anunciado de 0.2 por ciento en la producción industrial y el repunte de 0.9 por ciento en las actividades terciarias, representadas por el comercio y los servicios.
A tasa anual, con cifras desestacionalizadas, el crecimiento del IGAE fue de 3.7 por ciento en septiembre y quedó muy por arriba del 3 por ciento anticipado por el indicador oportuno del INEGI, que fue publicado a principios de la semana.
En su interior, se registraron crecimientos de 4.5 por ciento anual en las actividades industriales y de 3.5 por ciento en las comerciales y de servicios, superando la estimación del dato oportuno, que lo anticipó en 2.2 por ciento anual.
La expansión industrial se atribuye principalmente al acelerado dinamismo de 19.5 por ciento anual en la construcción.
Lo anterior corrobora que la expansión económica del país continúa apoyada por los dos principales sectores de actividad.
De acuerdo con el dato revisado del PIB del tercer trimestre, la economía mexicana creció 3.4 por ciento en el periodo de enero a septiembre de 2023 comparado con el mismo lapso de nueve meses del año anterior.
La cifra no solo denota robustez en el ritmo de crecimiento, sino resiliencia de la actividad económica nacional ante el retador contexto internacional y el prolongado ciclo monetario del Banco de México en terreno restrictivo.
El comportamiento observado al tercer trimestre apoya la previsión de los analistas de que la economía mexicana crecerá más de 3 por ciento en 2023 y, probablemente, hasta 3.5 por ciento, muy superior a lo pronosticado a principios del año.
En cualquier caso, estará por arriba de lo que se considera el crecimiento potencial del PIB, que la Secretaría de Hacienda estima en 2.4 por ciento, aunque algunos analistas lo ubican en alrededor de 2 por ciento.
La economía cuenta con buena salud y en los próximos meses recibirá con más intensidad los efectos positivos que se espera provocará la mayor inversión asociada al proceso de relocalización o nearshoring.
El acelerado, pero hasta hace unos meses inesperado crecimiento del PIB ha generado una sensación de optimismo sobre el entorno económico nacional, a pesar de los retos en el panorama.
El principal riesgo asociado con un acelerado crecimiento es el de un sobrecalentamiento económico, sobre todo si la capacidad de absorción para hacer frente al mayor crecimiento se ve rebasada.
Si bien se considera inminente una desaceleración, la pregunta es si en este momento la economía mexicana está acercándose a una zona de sobrecalentamiento.