La cotización del peso mexicano frente al dólar estadounidense se apreció continuamente desde finales de febrero y esta semana se ubicó nuevamente en niveles por debajo de 17 pesos, no observados desde mediados de enero pasado.
Después de ligar siete sesiones apreciándose, este viernes cerró en 16.81 pesos por dólar –con redondeo de cifras– en operaciones al mayoreo, lo que representa un mínimo en lo que va del año, según el tipo de cambio dado a conocer por el Banco de México (Banxico) al cierre de la jornada.
Este movimiento ocurrió en un entorno en el que monedas de otros países emergentes observaron una apreciación similar respecto al dólar.
De acuerdo con datos de Bloomberg, el peso mexicano fue la quinta moneda emergente más apreciada frente al dólar entre el 28 de febrero y el 8 de marzo, periodo en el que se revaluó 1.7 por ciento.
El sol peruano y el rand sudafricano fueron las monedas emergentes más apreciadas en el periodo señalado, pues ambas avanzaron 2.9 por ciento respecto al dólar.
“Hoy parece que no le duele nada al peso y que todo está a su favor”, dijo a este reportero Jorge Gordillo, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco, al explicar el comportamiento reciente del tipo de cambio.
El desempeño de la moneda mexicana se explica por los fundamentales macroeconómicos estables del país, el bajo déficit en las cuentas externas financiado por inversión extranjera directa (IED) y, sobre todo, el amplio diferencial de tasas de interés entre Banxico y la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
Además de la entrada de divisas al país por remesas familiares e IED atraída por la relocalización de empresas o nearshoring, ha habido cuantiosos ingresos de flujos del exterior beneficiados por el alto diferencial de tasas entre México y EU.
Dado que la tasa de referencia en México está en 11.25 por ciento y la de EU en el rango de 5.25 a 5.50 por ciento, el diferencial se mantiene entre 600 y 575 puntos base.
En un contexto de apetito por riesgo, el peso está siendo favorecido por el debilitamiento del dólar en los mercados internacionales ante la expectativa de que otros bancos centrales, señaladamente el de Estados Unidos, comenzarán a recortar sus tasas de interés pronto.
Esta semana el presidente de la Fed, Jerome Powell, rindió su testimonio semestral de dos días ante el Congreso estadounidense sobre la política monetaria.
El miércoles reiteró a los legisladores en la Cámara de Representantes que la Fed no tiene prisa por recortar las tasas de interés, pero el jueves inyectó optimismo a los mercados al decir en el Senado que el banco central estadounidense se está acercando a la confianza que necesita para comenzar a reducirlas.
Sus comentarios llevaron a los operadores de los mercados en Wall Street a aumentar las apuestas para un recorte de 25 puntos en las tasas en junio próximo.
Desde marzo de 2022 la Fed incrementó las tasas de referencia en más de cinco puntos porcentuales y las ha mantenido en máximos de dos décadas desde julio de 2023.
Pero todo apunta a que, antes de la Fed, nuestro Banxico dará el primer paso, pues se espera que los recortes de la tasa de referencia comiencen este mes, en la decisión de política monetaria del 21 de marzo, según el consenso de analistas.
La corrección de la inflación general en México de 4.88 por ciento anual en enero a 4.40 por ciento en febrero “es algo que esperábamos para que fuera el banderazo de salida para que Banxico pueda empezar a recortar las tasas en dos semanas”, dijo a quien esto escribe Gabriel Lozano, economista en jefe para México de JP Morgan.
De acuerdo con el experto, “estamos en un nivel de restricción monetaria que nos lleva a pensar que ya es momento de empezar a reducir la tasa de referencia” al estar dadas las condiciones para hacerlo.
Además, el diferencial de tasas respecto a la Fed está en 600 puntos base –6 puntos porcentuales– y considerando que el promedio histórico se ha ubicado en 500 puntos base, esta brecha de 100 puntos base “refleja muy bien el colchón que tiene Banxico cuando menos en esta primera etapa de ajustes”, considera Lozano.
Aunque el diferencial de tasas se reduzca un poco, va a permanecer en niveles elevados, de manera que no perjudica la postura monetaria de Banxico ni el desempeño del peso mexicano.
Más bien, hay que esperar una elevada sensibilidad del peso a factores externos que pudieran aumentar su volatilidad, como el proceso electoral en EU, pero eso será más adelante.