La iniciativa de Morena en materia de pensiones que se presentó el 4 de abril en la Cámara de Diputados es la segunda parte de la propuesta de reforma constitucional que se conoció hace un par de meses, que aún no ha sido aprobada, donde se plantea la creación de un Fondo de Pensiones del Bienestar que tendría varias fuentes de ingresos, muchas inciertas.
El pasado 5 de febrero, el presidente López Obrador envió al Congreso un paquete de 20 iniciativas, entre ellas una reforma al sistema de pensiones para ofrecer jubilaciones más dignas a los trabajadores en su etapa de retiro.
La razón, dijo AMLO al anunciar esas iniciativas, es que las reformas de pensiones de 1997 y 2007 “afectan injustamente a trabajadores del Seguro Social y del ISSSTE, pues les impiden jubilarse con el 100 por ciento de su salario”.
La reforma constitucional del Ejecutivo busca garantizar una pensión igual a su último salario a los trabajadores que ganan menos del salario promedio registrado en el IMSS, que en 2023 fue de 16 mil 778 pesos mensuales.
Con ese fin, planteó AMLO en febrero, “desde el primero de mayo de 2024 se va a crear un fondo semilla de 64 mil 619 millones de pesos que se irá incrementando poco a poco, al mismo tiempo que se utilizará lo necesario para compensar a los trabajadores afectados por las reformas antilaborales del periodo neoliberal”.
Esa iniciativa en materia de pensiones plantea que el Fondo de Pensiones para el Bienestar –el fondo semilla– se financiará con “aportaciones iniciales” del gobierno federal y también con “ingresos complementarios obtenidos de diversas fuentes”.
Provendría en 75 por ciento de los recursos obtenidos por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado; del proceso de liquidación de la Financiera Rural; de los ingresos que se obtengan por la venta de inmuebles sin construcción del Fonatur; del cobro de adeudos que, las dependencias y entidades públicas, así como los estados tienen pendientes de pago ante el SAT, el ISSSTE y el IMSS, y de los recursos de la subcuenta de retiro, cesantía y vejez y de la subcuenta de vivienda que hayan prescrito.
Como “aportaciones complementarias” prevé integrar los recursos derivados de los fideicomisos del Poder Judicial; los que se generen con la eliminación de los órganos autónomos y los reguladores; el 25 por ciento del remanente de las utilidades de las empresas de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina; de la enajenación de inmuebles del ISSSTE, y de las donaciones o aportaciones de personas físicas o morales.
Pues bien, la iniciativa propuesta por los diputados de Morena Ignacio Mier y Angélica Cisneros plantea transferir los recursos de las cuentas no reclamadas en las Afores cuando el trabajador cumpla 70 años si corresponde al IMSS, o 75 años si corresponde al ISSSTE, al Fondo de Pensiones del Bienestar.
La iniciativa para reformar las leyes del Seguro Social, del ISSSTE y del Infonavit, entre otras, apunta a una bolsa de entre 30 y 40 mil millones de pesos, que es lo que habría en las cuentas no reclamadas, que no ‘abandonadas’.
De ser aprobada la reforma a esas leyes secundarias, el Fondo de Pensiones para el Bienestar, que será constituido por la Secretaría de Hacienda y administrado por el Banxico de México, contará con varias fuentes de financiamiento:
El 70 por ciento de los recursos obtenidos por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, el 25 por ciento de las utilidades de las empresas paraestatales operadas por la Defensa Nacional y la Marina, como el Tren Maya, el Tren del Istmo de Tehuantepec y Mexicana de Aviación, entre otras; los recursos de la liquidación de la Financiera Rural, y los recursos de las cuentas no reclamadas a las Afores.
La iniciativa prevé establecer una reserva para atender las reclamaciones de recursos que puedan presentarse por los trabajadores o sus beneficiarios.
El problema es que algunas de las fuentes de financiamiento contempladas, además de ser inciertas están lejos de ser adecuadas para garantizar su suficiencia.
En la nueva iniciativa ya no se hace referencia al ‘fondo semilla’ de 64 mil 619 millones de pesos iniciales, lo que deja dudas de su existencia.
El ‘fondo semilla’ terminará siendo la bolsa de las cuentas no reclamadas en las Afores para así complementar las pensiones de los trabajadores que reciben hasta el salario promedio registrado en el IMSS.