Al cierre del primer trimestre del año, México recibió 8 mil 928 millones de dólares de inversión extranjera de cartera, siendo la cifra más alta para un periodo de tres meses desde los 9 mil millones recibidos en octubre-diciembre de 2016.
De acuerdo con datos del Banco de México sobre la balanza de pagos en el primer trimestre de 2024, publicados este viernes, el monto anterior representa la primera entrada de recursos luego de tres trimestres con flujos negativos.
El aumento de la inversión de cartera respecto a la reportada para el primer trimestre de 2023, que fue de mil 688 millones de dólares, es de 5.3 veces.
En todo 2023, la inversión de cartera acumuló un flujo negativo por 11 mil 299 millones de dólares, con lo que se ligaron cuatro años consecutivos con flujos de salida, según los registros del banco central.
Por cierto, el retiro acumulado durante cuatro años se convirtió en la mayor ‘fuga’ desde la crisis de 1994.
De la estadística de la balanza de pagos se desprende que en los primeros tres meses de este año entró 79 por ciento de todo lo que salió en 2023.
La semana pasada, la Secretaría de Economía informó que en el primer trimestre de 2024, la economía mexicana captó recursos financieros por concepto de inversión extranjera directa (IED) de 20 mil 313 millones de dólares.
Esto representa un nuevo máximo histórico en la cifra de IED reportada en un primer trimestre desde que se tiene registro.
En otras palabras, entre enero y marzo de 2024 México recibió recursos financieros por concepto de inversión directa e inversión de cartera de 29 mil 241 millones de dólares.
De acuerdo con el análisis de las cifras oficiales, por cada 10 dólares recibidos en el periodo por concepto de inversión directa, 4.4 dólares se destinaron a inversión de cartera, conocida como ‘capital golondrino’.
Esta última refleja la inversión extranjera en instrumentos de deuda y acciones en México, mientras que la directa se relaciona directamente con proyectos productivos que crean empleo, generan riqueza y aumentan el valor agregado o añadido.
Dicho lo anterior, el país volvió a captar recursos financieros por concepto de inversión de cartera.
Sin embargo, eso se debe en buena medida a estrategias de inversión en divisas que se benefician del ‘carry trade’, que está determinado por el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos y que han influido en la evolución del tipo de cambio.
De acuerdo con datos de Bloomberg, el peso mexicano fue la moneda emergente más apreciada frente al dólar en el primer trimestre del año, periodo en el que se revaluó 2.5 por ciento y que corresponde con el reporte de Banxico sobre la balanza de pagos.
Al cierre de este viernes, el peso mexicano es aún la moneda emergente más ganadora frente al dólar al acumular una apreciación de 1.6 por ciento en lo que va de 2024.
De paso, los niveles más bajos del tipo de cambio en comparación con los observados previamente contribuyen a mitigar las presiones sobre la inflación.
Por lo pronto, el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos sigue siendo atractivo, a pesar de que en marzo pasado Banxico recortó por primera vez en tres años la tasa de referencia.
Visto así, la inversión de cartera es altamente dependiente de la política monetaria restrictiva del banco central respecto a las tasas de interés.
En un comentario sobre el reporte de la balanza de pagos, Grupo Financiero Base advierte que la inversión extranjera de cartera se trata de ‘capital golondrino’, que fácilmente puede salir del país ante una mayor percepción de riesgo.
No hay que echarlo en saco roto, porque, en efecto, el ‘capital golondrino’ puede volver a su nido al advertir cualquier tipo de riesgo dentro o fuera del país.