Contrapesos

Trump: amenazas y contradicciones

México no sólo se enfrenta a la amenaza de aranceles, reflejada en la volatilidad del tipo de cambio, sino de otras políticas de Trump que podrían debilitar o incluso revertir la integración con nuestro principal socio comercial.

El lunes 20 de enero, primer día de la segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, la moneda mexicana operó en un rango intradía de 0.45 pesos, entre 20.44 y 20.89 pesos por dólar, aunque cerró en 20.52 pesos, que representó una apreciación de 1.2 por ciento respecto a su cotización previa.

La apreciación del peso se debió a una caída del dólar de más de 1 por ciento en un índice de Bloomberg, que se encarga de medir la fortaleza de la moneda estadounidense frente a una canasta conformada por seis divisas de economías desarrolladas.

El dólar cayó abruptamente después de que el diario The Wall Street Journal informara que el nuevo presidente de EU se abstendría de implementar aranceles agresivos inmediatamente después de su toma de posesión.

Más bien, el magnate inmobiliario ordenó a las agencias federales que revisen integralmente toda la política comercial de EU, incluido el T-MEC con sus socios en América del Norte, para presentar un informe antes del 1 de abril.

Pero el gusto a la moneda nacional no le duró el día completo, pues el mismo lunes en la noche rebotó hasta 20.80 pesos por dólar, después de que Trump declaró que planea aplicar aranceles de 25 por ciento a México y Canadá a partir del 1 de febrero.

El revés para el peso mexicano, que está muy expuesto a los aranceles estadounidenses, lo posicionó ayer como la moneda más depreciada entre la canasta de 23 divisas de mercados emergentes a las que da seguimiento Bloomberg.

El nuevo presidente estadounidense reiteró su afirmación de que los dos vecinos de EU, uno al sur y otro al norte, están permitiendo el flujo de inmigrantes indocumentados y drogas como el fentanilo a su país.

“Estamos pensando en un 25 por ciento para México y Canadá, porque están permitiendo el ingreso de una gran cantidad de personas” a EU, dijo Trump en respuesta a preguntas de periodistas al regresar a la Oficina Oval de la Casa Blanca para firmar una serie de órdenes ejecutivas.

“Creo que lo haremos el 1 de febrero”, sentenció el mandatario republicano en sus primeros comentarios a la prensa después de su investidura en el Capitolio.

México no sólo se enfrenta a la amenaza de que le impongan aranceles a sus exportaciones hacia EU, reflejada en la volatilidad del tipo de cambio, sino de otras políticas de Trump que podrían debilitar o incluso revertir la integración con nuestro principal socio comercial.

Durante su discurso inaugural como presidente número 47 de EU, pronunciado el lunes en el Capitolio, Trump habló sobre los aranceles y, sin hacer mención específica a México, se limitó a señalar que “en vez de cobrar impuestos a nuestros ciudadanos para hacer ricos a otros países, impondremos aranceles a otros países para enriquecer a nuestros ciudadanos”.

Su propuesta es proteger a los estadounidenses imponiendo aranceles a Estados extranjeros, en lugar de incrementar los impuestos a sus ciudadanos y empresas.

En su campaña, Trump amenazó con imponer un arancel general de 25 por ciento a todos las mercancías provenientes de México y Canadá, además de tarifas de entre 10 y 20 por ciento para las importaciones globales, así como una de 60 por ciento para las chinas.

La posible implementación de aranceles a las importaciones de EU provenientes de México y Canadá terminaría socavando el T-MEC, cuya esencia es la integración económica y comercial, la cual no puede lograrse si alguna de las partes toma decisiones unilaterales en perjuicio de sus socios.

Del total de las exportaciones mexicanas no petroleras realizadas entre enero y noviembre de 2024, el 84 por ciento son ventas dirigidas a EU, por lo que el T-MEC se considera un instrumento fundamental para la economía mexicana por tratarse de un motor para su crecimiento.

Es momento de exponer los costos que tendría América del Norte en caso de que se revirtiera la integración por la vía de la aplicación de aranceles, que por lo que parece no serán impuestos antes de tener la revisión de la política comercial de EU ordenada por Trump.

Así que por el momento, la intención de aplicar aranceles de 25 por ciento a las exportaciones mexicanas a partir del 1 de febrero no es más que una amenaza vinculada a temas de carácter migratorio y de seguridad.

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