Buen día queridos lectores, muchas gracias por dedicar unos minutos para leer la columna de café y tecnología.
Empieza el tercer mes de año, enero y febrero se han ido como agua; ¿cómo les ha ido?, ¿cómo se han sentido?; ya regresó el tráfico y pareciera que regresamos el tiempo.
Me preocupa que en Nuevo León se avecina una potencial crisis de agua, he visto decenas de publicaciones de personas vendiendo tinacos; que con la ley de oferta y demanda, han subido de forma importante los precios. Lo primero que me pregunto es ¿si los tinacos resuelven el problema o sería mejor trabajar en una cultura de ahorro de agua?
Me parece que no debemos esperar a que el Gobierno lo solucione o peor aún supongamos que se van a llenar cuando se pronostica un año bastante complejo en cuanto a clima.
La buena noticia es que existen las plantas desalinizadoras, aunque el proceso de ósmosis inversa existe desde la década de los 50´s, los costos de construcción y de operación tan altos, han frenado la implementación de esta tecnología en la mayoría de los países.
Un dato importante es que se produce agua dulce a partir de agua de mar en una proporción de 2 a 1, lo que significa, que para producir 5 litros de agua dulce, se requieren procesar 10 litros de agua de mar. Adicional a unos mil millones de dólares que costaría instalar una planta, consume alrededor 200 millones de kilovatios por hora para operar (el costo de kilovatio de consumo básico tarifa 1 de CFE es de $0.88 pesos por kilovatio por hora).
El costo de distribución del agua (que es lo que nos cobra agua y drenaje) no rebasa los $500 pesos mensuales en promedio, el costo para suministrar agua procesada por una planta desalinizadora a una familia de 5 integrantes tendría un costo de $2,000 dólares por año aproximadamente.
De verdad espero que no lleguemos al cierre total de agua, pero si así fuese, ¿para cuántos días daría abasto a una familia un tinaco de 1,000 litros que no podrá ser rellenado?
Les invito a hacer consciencia para que cada uno de nosotros como ciudadanos tomemos la primera responsabilidad de cuidar el agua y hacerla cuidar.
Esta semana fue de muy grandes bendiciones; tuve la oportunidad de escuchar y también de sentarme a platicar con grandes personalidades y amigos. También disfruté de forma intensa todas mis actividades y no podían faltar un par de libros que llegaron en el momento preciso, les comparto esto porque confirmo que la felicidad se encuentra en cosas tan simples, que vale la pena encontrarlas y conservarlas.
Hoy acompañé la escritura con un café soluble colombiano, una buena opción para la inmediatez y arrancar el día, ya me consentiré en la tarde con un café elaborado mediante prensa francesa para cerrar el día.
Les deseo un extraordinario fin de semana en compañía de la familia y amigos.