El anuncio de Ford de trasladar la producción del compacto Focus a China se puede atribuir a una estrategia corporativa para recuperar los niveles de rentabilidad ante la caída de las ventas de autos en Estados Unidos, una mayor preferencia por las SUV y camionetas ante los bajos precios de las gasolinas y dejarle a México la producción de vehículos medianos.
Pero el Focus no fue el único plan que afectó al sector automotriz mexicano, a continuación te presentamos otros casos en donde ya se tenía una estrategia de producción pero que simplemente se eliminaron por no ser rentables.
Con una inversión inicial de 150 millones de dólares, Grupo Salinas y la automotriz china FAW pretendían poner en operación una planta hacia finales de 2010 para ensamblar algunos de los modelos que importaba desde China.
La oferta contemplaba el F1, el F3 y el F5, que originalmente eran importados y que se esperaba que fueran remplazados por modelos producidos en México.
Sin embargo, la caída en las ventas de autos de 2009 y el retraso en los planes de construcción de la planta en Michoacán llevaron a la suspensión de la construcción de la planta a las pocas semanas de haber colocado la primera piedra y para 2010 cancelo la importación de unidades por la baja demanda.
Desde 2015 se había planeado el traslado de la producción del sedán mediano Chrysler 200 y del compacto Dodge Dart a la planta de Toluca en el Estado de México, en un movimiento que pretendía concentrar la producción de vehículos medianos y pequeños en México y concentrar en EU la producción de unidades más rentables como las camionetas y las SUV.
Pero la dirección de la empresa decidió dar por terminada la producción de los dos autos.
El Dart se dejó de producir en septiembre de 2016 y el Chrysler 200 tres meses después, en tanto que la producción de autos más grandes se concentra en Canadá.