No hay familias felices y tampoco hay familias perfectas. Hay familias perturbadas y otras que desde su nacimiento llevan consigo una maldición y este es el caso de la familia Graham en El legado del diablo (Hereditary)
Esta es la historia de Annie Graham (una asombrosa y pavorosa Toni Collete), que hace frente al duelo por la pérdida de su madre, una mujer que en sus últimos días padecía severos problemas mentales y que después de su muerte, comienza a manifestarse inquietantemente a través de Charlie (una debutante Milly Shapiro que parece llevar una trayectoria de años) y ahí es donde comienza el verdadero horror.
La cinta, que marca el debut como director de Ari Aster, se mueve más hacia el espectro de La profecía, La bruja y El bebé de Rosemary más que del lado de Babadook o La autopsia de Jane Doe, en la mejor tradición de ese horror a fuerzas oscuras que van más allá de nuestra comprensión. El verdadero efecto de filmes como éste es que el pánico no se siente en la sala porque no busca hacer brincar de la butaca; el terror, ese miedo oscuro y frío, se siente en casa, al no querer apagar las luces de tu habitación, al no querer cerrar los ojos para dormir.
A un ritmo lento, pausado, el filme va desenvolviéndose por etapas: la pérdida de la madre y su deteriorada relación con Annie; la dinámica de ésta con su marido (un ecuánime Gabriel Byrne) y sus hijos, el subestimado Peter y la siempre inquietante Charlie; de ahí, veremos cómo con tal de superar su dolor, Annie se involucra en unos no tan claros rituales y de ahí derivar a algo que nos hace pensar si no son pesadillas o producto de su imaginación.
El mérito de El legado del diablo, sin desmerecer las actuaciones o la historia, recae en tres elementos: la edición, su sonido y su fotografía; la primera, porque va marcando el ritmo de la historia, pausado, frío, angustiante; como un rompecabezas, va uniendo parte por parte: la muerte de la matriarca, el historial de enfermedades mentales de la familia de ésta, las peculiaridades de la hija menor; todo son fragmentos que al final se pegan para que el final pegue con mayor fuerza.
La fotografía, siempre en tonos fríos y oscuros, ayuda a reflejar la angustia y el deterioro mental de la familia y la música que es la cereza del pastel de un filme que
Si buscas una cinta que salpique la pantalla de sangre y te haga saltar de la butaca cada dos minutos, El legado del diablo no es para ti. Pero si buscas un nuevo concepto y manejo en este género, la cinta de Aster es para ti. Pero no digas que no te advertimos que el escalofrío te durará más allá de tu salida de la sala.