Desde hace un año y medio la humilde maestra Josari García ha tenido que aprender a vivir encerrada en su casa para proteger a su hija adolescente, que sufre de epilepsia, de un posible contagio del nuevo coronavirus que según sus médicos podría poner en riesgo su vida.
Agobiada por el miedo García decidió recurrir a la justicia en el estado sureño de Oaxaca para lograr un amparo que le permitiera vacunar contra el COVID-19 a su única hija de 15 años.
Mientras realizaba los trámites legales llegó el anuncio de las autoridades de que a partir del viernes se abrirá el registro para vacunar a los menores de 18 años con alguna comorbilidad o discapacidad que se estima podrían alcanzar el millón y medio de niños y jóvenes.
La decisión del gobierno, que se da luego de que al menos 300 padres presentaron amparos en diferentes juzgados del país, se ha convertido en una esperanza para García, quien aseguró que sueña con el día en que vacunen a su hija para que “vuelva la tranquilidad a mi hogar”.
“Hemos estado muy encerrados cuidándonos por ella”, afirmó la maestra de secundaria, de 45 años, al hablar sobre cómo cambió la vida de su familia desde el año pasado cuando surgió la pandemia y agregó que la mayor carga la ha llevado su hija, que comenzó a sufrir de ansiedad luego de restringir por completo sus salidas a la calle.
México, cuya población menor de 18 años representa cerca de 31 por ciento de sus 126 millones de habitantes, se mantiene rezagado en la vacunación de los menores de edad en comparación con Estados Unidos y 11 países de América Latina, entre ellos Argentina, Colombia, Chile, El Salvador, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Panamá y República Dominicana, Perú y Uruguay, donde ya se inició la inmunización de menores de 12 a 17 años.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios autorizó desde el 24 de junio el uso de la vacuna Pfizer para mayores de 12 años, pero el plan nacional de vacunación sólo se aplica en la actualidad a partir de los 18 años. El gobierno mexicano ha vacunado hasta la fecha a 63.9 millones de personas con al menos una dosis, el equivalente al 71 por ciento de la población adulta.
En septiembre en el estado norteño de Coahuila se vacunaron 100 menores de edad gracias a una iniciativa promovida por el gobernador y las autoridades de Texas.
A partir de este viernes se abrió el registro para la vacunación de las adolescentes embarazadas y niños y jóvenes de entre 12 y 17 años con discapacidad y comorbilidades. La inmunización de este grupo se estima que comenzará en la segunda semana de este mes, indicó el subsecretario de Salud y encargado de gestionar la pandemia, Hugo López-Gatell, quien agregó que en este caso se emplearán sólo hospitales donde se instalarán módulos permanentes de vacunación.
López-Gatell, que a inicios de septiembre se mostró contrario a que se recurriera a la vía legal para vacunar a los menores, afirmó la semana pasada que la incorporación de los niños y adolescentes con enfermedades crónicas al plan nacional de vacunación respondió a una “revisión científica que se hace de la evidencia, tanto de las publicaciones científicas propiamente dichas como de las recomendaciones que hacen agencias internacionales y también nacionales de salud pública”.
“Hay que seguir priorizando el concretar, el terminar la vacunación en personas adultas de 18 y más años, y considerar ya a quienes tienen estas enfermedades crónicas aun cuando sean menores de edad porque su riesgo ya es equivalente, en términos de la magnitud, al que tienen las personas adultas”, agregó.
La decisión del gobierno generó posiciones encontradas entre padres y médicos. Mientras algunos manifestaron satisfacción otros señalaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador de demorarse en atender a ese grupo poblacional.
“La medida está bien, pero llega retardada”, afirmó la médica Claudia López, quien presentó el mes pasado un amparo en un juzgado de Oaxaca para lograr vacunar a su única hija de 13 años que tiene síndrome de Down e hipotiroidismo.
López indicó que la decisión que tomó el gobierno a finales de agosto de reabrir las escuelas implicó un mayor riesgo de contagio para los menores y sostuvo que ante esa situación debió extenderse la vacunación a todos los niños y adolescentes.
“No deberíamos hacer tantos trámites para vacunar a nuestros hijos. En otros países ya se está vacunando a los niños”, acotó.
El inicio del proceso para vacunar a los menores con enfermedades crónicas se da en medio de la tercera ola de COVID -19 que golpea a México, de la que se ha reportado un descenso en los contagios en las últimas semanas. De acuerdo con los registros oficiales hasta la fecha se han acumulado 3.66 millones de contagios y más de 277 mil 500 fallecidos, lo que ubica al gigante latinoamericano como el cuarto país con la mayor cantidad de decesos superado por Estados Unidos, Brasil e India.