Tras casi dos años de pandemia se siguen encontrando nuevas variantes de COVID-19 y ahora la que está llamando nuestra atención es ómicron, hallada en Botsuana.
Esta nueva variante ha empezado a causar temor a nivel mundial no solo por las posibles consecuencias mortales que cause, sino porque pueda llegar anular la protección que hemos obtenido gracias a las vacunas.
Sin embargo, este domingo se dio a conocer que la nueva generación de la vacuna de Oxford en conjunto con AstraZeneca podría proporcionar una gran protección contra la nueva variante del coronavirus. Se espera que esta inmunización pueda ser aprobada en las semanas siguientes.
Esta nueva vacuna británica desde un principio se desarrolló pensando en combatir a la otra variante africana, Beta, antes de que Delta tomara la delantera y la superara.
Se han enviado desde Sudáfrica muestras del virus con la variante a Gran Bretaña para poder empezar un estudio más detallado sobre ésta, con la esperanza de poder aprender más sobre su comportamiento.
“Aunque ya ha infectado a muchos sudafricanos y parece transmitirse con preocupante rapidez, las primeras señales son que puede ser menos peligrosa que otras cepas. La gran pregunta es, ¿la gente se está enfermando realmente? ¿Están llenos los hospitales? La respuesta es no. Algunos de mis colegas han llamado [a la nueva variante] un monstruo. Hay mucho pánico. Deberíamos mantener la calma. Necesitamos comportarnos como si esto fuera a crear infecciones revolucionarias. Si no es así, entonces está bien. Si es así, debemos estar preparados”, declaró Sir John, que junto a sus colegas de la Universidad de Oxford han estado monitoreando de cerca la nueva variante.
Por otro lado Pfizer ya esta analizando a la nueva variante del SARS-CoV-2 para poder determinar si su vacuna necesita algún ajuste o si protege tal cual está diseñada.