Con la estación invernal y las bajas temperaturas, algunas personas pueden adquirir desde una ‘gripita’ hasta ronchas o afecciones como la rinitis. Lo cierto es que, más allá de una baja de defensas, esto puede deberse a una alergia estacional.
La alergia estacional, también conocida como “fiebre del heno” o “rinitis alérgica estacional”, puede presentarse con síntomas similares a los de la gripa y ocurren durante ciertos periodos del año, normalmente cuando el moho del exterior libera sus esporas o las plantas liberan partículas de polen al aire.
El moho, el polen y algunos otros alérgenos liberan sustancias químicas, como la histamina, en el torrente sanguíneo para defenderse contra ellas.
“Es la liberación de estas sustancias químicas la que ocasiona los síntomas alérgicos”, señala Nemours Children’s, una de las organizaciones de especialistas en salud pediátrica más grandes de Estados Unidos.
Algunos síntomas que puedes presentar si tienes alergia al frío son:
- Congestión y obstrucción nasal.
- Estornudos.
- Lagrimeo.
- Picazón en la nariz u oídos.
- Enrojecimiento de los ojos.
También pueden presentarse, aunque en menor medida, síntomas como tos, fatiga, dolor de garganta y dolor de cabeza.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) las alergias pueden tratarse con antihistamínicos o descongestivos; sin embargo, es necesario consultar con un médico o alergólogo, quien te realizará pruebas especiales para controlar la alergia.
Por su parte, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) hace las siguientes recomendaciones para evitar enfermarse durante la temporada invernal.
- Evitar cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire
- Cubrir tu boca y nariz para evitar respirar el aire frío
- Abrigarse bien, usar gorro, guantes, bufanda y calcetines gruesos
- Consumir gran variedad de frutas y verduras para mejorar las defensas del cuerpo (incluidas la vitamina C y D).
- Estornudar correctamente y utilizar un pañuelo desechable o cubrirse con el ángulo interno del brazo.
- Lavar las manos continuamente, especialmente después de estornudar o toser y al regresar de la calle.
- Evitar tocar ojos, la nariz y la boca con las manos sucias, ya que son la vía de entrada de distintos virus al cuerpo.
- Permanecer en casa si el frío es muy intenso y no salir a menos que sea necesario, así como utilizar ropa gruesa.
- Usa suficientes cobijas durante la noche.