Han pasado dos años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de COVID-19 como una pandemia. Desde entonces, personas de todo el mundo nos hemos preguntado lo mismo: ¿Cuándo terminará?, ¿podremos relajar las medidas sanitarias y dejar de usar cubrebocas?
El análisis histórico muestra que “el final” de una enfermedad rara vez es experimentado al unísono por todos los afectados.
Para algunos, la amenaza se acaba rápidamente; sin embargo, para otros, la amenaza de infección, así como los impactos a largo plazo en la salud, la economía y la sociedad hacen que los anuncios oficiales del final sean prematuros. Esto puede incluir, por ejemplo, a personas inmunocomprometidas, que aún son vulnerables a COVID-19 a pesar de estar vacunadas.
Determinar cuándo termina el brote de una enfermedad es difícil para las agencias de salud. El brote de ébola que comenzó en 2018 en la República Democrática del Congo fue declarado terminado por la OMS en 2020, pero volvió a estallar. Este renacimiento se volvió a declarar terminado en diciembre de 2021.
¿Qué ha dicho la OMS sobre el fin de la pandemia?
Especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya comenzaron a discutir cómo y cuándo poner fin a la crisis global creada por el virus SARS-CoV-2, a dos años del surgimiento de COVID-19.
Aunque la OMS reconoció que aún no considera declarar el fin de la pandemia —debido al aumento de muertes relacionadas con la enfermedad en Hong Kong y ante el repunte de casos en China— aseguró que las discusiones se centran en las condiciones que eventualmente señalarán que la emergencia de salud pública ha terminado.
“El Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional sobre COVID-19 analiza los criterios necesarios para declarar la emergencia de salud pública de interés internacional como terminada”, explicó la OMS en un correo electrónico. “A partir de ahora, todavía no hemos llegado”.
El análisis sobre las condiciones que determinarán el fin de la pandemia ocurre mientras muchas naciones alrededor del mundo han relajado las medidas sanitarias, pese a que países de Asia aún reportan niveles récord de transmisión.
En ese contexto, los investigadores han advertido que incluso si los casos de COVID-19 caen a niveles más bajos, es probable que la enfermedad cause miles de muertes al año, a diferencia de otras enfermedades endémicas como la malaria y la tuberculosis. Por si fuera poco, el potencial de que aparezcan nuevas variantes peligrosas es impredecible.
Además, las discusiones de la OMS podrían tener implicaciones para farmacéuticas como Pfizer y Merck. que acordaron permitir la competencia genérica a sus tratamientos hasta el término de la pandemia.
Con información de Bloomberg y The Conversation.