En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, firmó un decreto para prohibir la comercialización de cigarros electrónicos y vapeadores en México, los cuales se ha demostrado que provocan daños a la salud.
México es un país que alberga 15 millones de fumadores de cigarros manufacturados (combustibles), “con una epidemia que se ha focalizado entre los hombres, pero que mantiene una tendencia creciente del consumo entre las mujeres, los jóvenes y los grupos de bajos ingresos”, advirtió el Instituto Nacional de Salud Pública, por lo que surgieron estas “alternativas” con las que se creía que no había daños.
Y es que, aunque los vapeadores y los cigarros electrónicos son productos diferentes, distintos estudios han señalado que tanto los cigarros electrónicos como los vapeadores causan daños en el sistema respiratorio.
Incluso hallaron que el vapeo con y sin nicotina provoca alteraciones y lesiones en el tejido de las vías respiratorias y disminución del oxígeno en fumadores jóvenes y personas que eran no fumadores y vapearon, indicó el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Del mismo modo, la evidencia señala que pueden existir daños en el corazón, en el sistema circulatorio, síndrome metabólico con resistencia a la insulina, así como la disminución de insulina en la sangre.
El vapeo también puede afectar al sistema nervioso, ya que la nicotina disminuye la interacción funcional entre las diferentes regiones del cerebro (corteza media, tálamo y tallo cerebral) las cuales son responsables de los procesos de recompensa, motivación, aprendizaje y ejecución. Además, su uso se ha asociado con cuadros de ansiedad, síntomas depresivos, disminución del sueño y aumento de la vigilia, indica el INSP.
Cabe mencionar que los líquidos que se utilizan para el vapeador y el cigarro electrónico contienen sustancias como acetaldehído, formaldehído, los cuales se han asociado como sustancias cancerígenas, indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Otro estudio publicado por el Colegio Americanode Cardiología encontró que, comparados con personas que no fumaban, los usuarios de cigarrillos electrónicos tenían un 34 por ciento más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco, un 25 por ciento de mayores probabilidad de desarrollar arteriopatía coronaria, y un 55 por ciento más de presentar un cuadro de depresión o ansiedad.