¿Tuviste COVID prolongado? ¿A cuántas personas conoces que también hayan tenido la afección? A casi dos años y medio del inicio de la pandemia hay más preguntas que respuestas sobre la enfermedad.
Sin embargo las y los científicos no han dejado de investigar diversos aspectos del virus para conocerlo mejor y planear soluciones.
Por ejemplo, el epidemiólogo Ziyad Al-Aly tiene acceso a millones de registros médicos del Departamento de Veteranos de Estados Unidos y con ellos ha analizado a profundidad el COVID prolongado y sus efectos.
Una de las preguntas a las que encontraron respuesta es saber la frecuencia con la que el COVID prolongado aparece y encontraron que la vacunación previa reduce el riesgo de desarrollarlo en un 15 por ciento.
Pero estas estadísticas fueron obtenidas de registros médicos, mismos que muchos investigadores desestiman como datos certeros para generar conclusiones.
Otro aspecto fundamental sobre la metodología empleada es cómo se registran los síntomas, ya que con frecuencia se hacen interpretaciones erróneas de lo que describe el paciente.
“Los registros de salud electrónicos contienen información útil, sin duda”. Pero para responder a la pregunta de qué tan común es algo, es posible que no sean los mejores”, explica Nature.
Para Al-Aly, las discrepancias entre los resultados del estudio no son sorprendentes ni condenatorias. Los epidemiólogos a menudo entretejen evidencia de múltiples fuentes de datos y métodos de análisis, dice. Incluso si es difícil cuantificar con precisión el efecto de la vacunación sobre el riesgo prolongado de COVID, por ejemplo, los investigadores pueden buscar tendencias. “Uno busca el hilo común”, dice Al-Aly. “El hilo común aquí es que las vacunas son mejores que ninguna vacuna”.
COVID ‘largo’: Más de un tercio de sobrevivientes desarrollarán efectos prolongados
Más de un año después de enfermar de COVID-19, Rebekah Hogan sigue sufriendo una fuerte confusión, dolor y cansancio que le impiden hacer su trabajo de enfermera o gestionar tareas cotidianas del hogar.
El COVID largo le ha hecho dudar de su valía como madre y esposa.
“¿Es esto permanente? ¿Es la nueva norma?”, pregunta la mujer de 41 años de Latham, Nueva York, cuyos tres hijos y su marido también tienen indicios del problema. “Quiero recuperar mi vida”.
Según algunas estimaciones, más de un tercio de los sobrevivientes de COVID-19 desarrollarán esos efectos prolongados en el tiempo. Ahora que la variante ómicron del virus se extiende por el mundo, los científicos se apresuran a identificar la causa del mal y encontrar tratamientos antes de una posible explosión de los casos de COVID persistente.
¿Podría ser un trastorno autoinmune? Eso ayudaría a explicar por qué el COVID largo afecta de forma desproporcionada a las mujeres, que son más propensas que los hombres a desarrollar enfermedades autoinmunes. ¿Podrían ser los microcoágulos los responsables de síntomas como pérdidas de memoria o dedos de los pies descoloridos? Eso tendría sentido, ya que el COVID-19 puede incluir coagulación anormal de la sangre.
Mientras estas y otras teorías se ponen a prueba, llegan nuevas pruebas de que la vacunación reduce las oportunidades de desarrollar COVID largo.
Es demasiado pronto para saber si las personas infectadas con la contagiosa variante ómicron desarrollarán ese misterioso mosaico de síntomas, a menudo diagnosticado muchas semanas después de la enfermedad inicial. Pero algunos expertos creen que es probable que haya una ola de COVID largo por llegar, y señalan que los médicos deben estar preparados.
Con información de AP.