Salud

Soledad, la otra ‘pandemia’ de los australianos en tiempos de COVID

Los australiano estuvieron confinados por sólo 73 días, pero se abrió una inmensa ‘brecha de soledad’ en ese periodo de tiempo.

Los países estuvieron confinados por cierto periodo de tiempo. (Shutterstock).

El confinamiento por la pandemia de COVID dejó secuelas, como la soledad, que al parecer llegó para quedarse, así lo dio a conocer un nuevo estudio.

Un investigación realizada por la Universidad de Wollongong y de la Universidad de Sydney encontró que la soledad del confinamiento persiste en una gran cantidad de personas y que las redes sociales no se han vuelto a unir como antes de la pandemia.

“Todos se volvieron retraídos, incluso después de que terminaron las restricciones”, dijo un hombre sobre su experiencia después de los cierres por la pandemia de Australia.

Otro hallazgo es que existe una ‘brecha de soledad’, que consiste en que quienes ya era solitarios antes de la pandemia, después de ella se volvieron mucho más.

La brecha de la soledad se amplió cuando las personas más extrovertidas, en efecto, fueron solitarias durante el confinamiento, pero después de ello retomaron su vida social.

La investigación, publicada en el Australian Journal of Social Issues, definió la soledad como “una discrepancia entre las relaciones deseadas y las disponibles, o la falta de relaciones de calidad que brinden una interacción y apoyo significativos”.


Recopiló respuestas desde los cierres de 2020 en adelante para 2 mil 605 participantes y descubrió que los impactos de la pandemia duraron más allá de cuando se levantaron los cierres.

“Los participantes informaron una mayor soledad atribuible a: aislamiento físico, ansiedades de salud, cese de actividades, reducción de la calidad de la conexión y poca motivación”, encontró el estudio.

El coautor del estudio, Roger Patulny, profesor asociado de sociología en la Universidad de Wollongong, dijo que era posible que los hombres hicieran una mejor transición después del encierro porque tenían más probabilidades de reanudar rápidamente sus actividades, mientras que las mujeres tal vez no hayan podido reanudar sus conexiones significativas con la misma rapidez.

El estudio fue realizado en Australia, donde los participantes tuvieron una mediana de 73 días encerrados, y la investigación señaló que los ciudadanos se vieron afectados de manera desproporcionada.


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