Al contrario de lo que generalmente se cree, el deseo sexual no se extingue en las personas adultas mayores, solo se transforma.
Cuauhtémoc Sánchez Vega, académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) y especialista en el proceso de envejecimiento señaló en un artículo de la Gaceta UNAM que las personas de más de 60 años siguen encontrando satisfacción sexual ya sea en pareja o solas, mediante la autoestimulación, que no necesariamente debe ser masturbación.
La práctica del erotismo les permite potenciar sus cinco sentidos lo que da ocasión a experimentar el placer en una forma casi infinita, y de esa forma conectar con la vida, de acuerdo con Sánchez.
“La importancia de tocar el tema de la sexualidad en esta última etapa de la vida es porque el erotismo, la vinculación afectiva, su identidad de género, el sentido de trascendencia y la espiritualidad no desaparecen sino que se transforman porque comienzan a tener otro significado”, explicó.
Beneficios de tener una vida sexual activa en la vejez
Vivir la sexualidad soltero/a o con pareja tiene un gran impacto en la salud física, mental y emocional por lo que se considera como un elemento esencial que conforma el bienestar integral, indica el especialista.
Según revela el artículo, estudios de las universidades de Oxford en Reino Unido; Chicago en Estados Unidos y Trinity College en Irlanda coinciden en que una vida sexual plena en la vejez ayuda a combatir el insomnio, mejorar la memoria, mejorar el aspecto físico, reduce el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares así como el riesgo de padecer cáncer de próstata.
“Estos beneficios permiten eliminar las falsedades sobre la sexualidad de las personas mayores como generalizar que todas dejan de tener deseo sexual o que si tienen relaciones sexuales les hará daño a su salud”, afirma Sánchez.
Por ello, el especialista recomienda no solo comenzar a practicar la sexualidad sino seguir estimulándola, pues “no tiene fecha de caducidad”.