Un sismo de magnitud 7.7 grados sacudió al México este lunes 19 de septiembre. Además de los daños estructurales y la muerte de dos personas, hubo al menos 43 reportes de crisis nerviosas en la Ciudad de México, según informó su gobierno. En ese sentido, hay un padecimiento llamado tremofobia, conocido como el miedo a los temblores.
La Academia Mexicana de Ciencias explica que “un sismo de gran magnitud es un evento traumático, sorpresivo e incontrolable, que amenaza la integridad física y psicológica de las personas que lo viven”.
Un documento del Sistema de Información Legislativa de la Secretaría de Gobernación califica a la tremofobia como “un trastorno” relacionado con la ansiedad, mismo que prevalece en México tras los sismos de 1985 y 2017.
Por su parte, la División de Educación Continua y Estudios Profesionales de la Universidad de Puerto Rico, la tremofobia “es un miedo continuo, irracional y excesivo hacia los movimientos telúricos (sismos)”.
Síntomas de la tremofobia
La psicóloga Gemma Asarbai explica que el principal síntoma de la tremofobia es el “miedo ante la idea de poder sufrir un sismo o un temblor”.
Si bien el miedo a los sismos es considerado “normal” por la especialista. Las personas con termofobia viven el sentimiento con un grado “extremo”, por lo que incluso pueden pensar en cambiar su lugar de residencia “basándose en sus temores”.
¿Cómo tratar la tremofobia?
Si tuviste una mala experiencia recientemente a causa del sismo de 7.7 grados con epicentro en Michoacán y aún tengas miedo de que vuelva a ocurrir un temblor, es probable que tengas tremofobia, que es catalogado, de acuerdo con Gemma Asarbai, como un trastorno de ansiedad.
La especialista asegura que la tremofobia puede tratarse con terapia psicológica y de esta manera obtener “buenos resultados” para dejar el miedo de un sismo atrás.
Estas son algunas de las recomendaciones para tratar con la tremofobia y ‘perderle el miedo’ a los sismos:
- Hablar de manera abierta y reconocer el miedo excesivo ante una situación de sismo.
- Detectar pensamientos recurrentes y atemorizantes para detenerlos.
- Tomar estrategias de respiración y relajación para bajar el nivel de ansiedad.
- Acudir con un profesional de la salud en caso de creer que es necesario.