La enfermera le hacía preguntas a Angélica para distraerla en lo que la sedación hacía efecto. Eso le ayudó a no pensar en los nervios que sentía por congelar óvulos, el procedimiento que estaba por comenzar, hasta que se quedó dormida.
Una vez que despertó, media hora después, el doctor le dijo que la operación había sido un éxito. Le habían quitado 15 óvulos y pudieron congelar 12. Ahora tiene un seguro para poder embarazarse cuando ella quiera.
La primera vez que Angélica Ruíz Gatica, una abogada de 36 años, pensó en congelar óvulos para tener un respaldo y ser mamá una vez que creciera tenía 32 años. Sin embargo, su doctor le dijo que se esperara, que era mejor intentarlo de manera natural.
“Todo 2021 lo empecé a pensar (otra vez) y lo evadí por completo. Era algo que no quería pensar, ni siquiera fui al doctor, porque sé que tenía que hacerle frente a esta parte de mi fertilidad como mujer. Pero este año se me abrió la mente, y en lugar de tener miedo, decidí ir con el doctor y hacerlo”, detalló.
En entrevista para El Financiero, la abogada contó qué la empujó a decidirse a congelar sus óvulos fueron tres motivos: para que los óvulos siguieran siendo los de una persona jóven, para tener un seguro para el futuro y dejar de preocuparse por no encontrar a la persona que quiere que sea papá de sus hijos.
“Al momento de tomar la decisión, yo estaba súper feliz. Se me liberó una carga emocional de encima. Y cuando ya empecé con el procedimiento, estaba 100 por ciento segura, y ahí empezó el miedo, pero por todo lo que implica o que iba a hacer”, soltó Angélica.
Los preparativos no fueron fáciles. Se tenía que inyectar hormonas, algo que la asustaba por los efectos que podía tener en su cuerpo y en su mente. Aunque la confianza en su doctor, y las ganas de llevar a cabo el procedimiento, la sacaron adelante.
En los días previos la operación, Angélica estaba rodeada de sus seres queridos. Sin embargo, ella se sentía sola. “Muchas veces sí pensaba que me gustaría tener a alguien que me acompañara en el proceso”.
Además, aseguró que parte de esta soledad fue provocada porque “hay mucha información del procedimiento, pero no encontré muchas mujeres que se abrieran o que me dijeran que ya pasaron por esto”.
¿Cómo se congelan los óvulos?
Angelica realizó todo el procedimiento en la clínica Fertilidad Integral, a donde llegó este periódico para hablar con uno de los fundadores, el doctor Alfonso Gutiérrez, quien afirmó que, si este procedimiento es bien llevado, no hay nada a qué tenerle miedo, siempre y cuando se haga en un lugar serio.
“Desafortunadamente, hoy en México, como la reproducción no está regulada, existen muchos centros con médicos que no tienen entrenamiento formal en este tipo de técnicas, y que no tienen las herramientas o no tienen el know how para evitar el riesgo”, lamentó el doctor Gutiérrez.
Por la fragilidad del procedimiento, las condiciones en las que se lleva a cabo la extracción y la preservación de los óvulos son muy estrictas, por lo que las medidas de seguridad que deben de tener los laboratorios son muy delicadas.
Simplemente para entrar a las instalaciones donde se analizan y resguardan las células, es necesario no usar desodorante, maquillaje ni perfumes. Esto para no afectar la pureza del aire, y que ninguno de los productos se contamine.
Al mismo tiempo, Gutiérrez explica, en su clínica se utiliza nitrógeno líquido para que las células sean congeladas a -270 grados centígrados, lo que garantiza que se puedan mantener en este estado por un tiempo indefinido.
Sin embargo, como todo procedimiento, hay muchos elementos que entran en juego para que la operación funcione, por lo que el doctor insiste en que lo más importante es individualizar el proceso.
“Si congelamos óvulos en una mujer de 45 años, pues difícilmente vamos a tener un seguro o una posibilidad de ese tratamiento que se traduzca en un nacido vivo. Las edades son importantes”, señaló el experto como un primer ejemplo.
Es por esto que el doctor insistió en que entre antes vaya una mujer a someterse a este procedimiento es mejor, ya que los óvulos están más sanos, y, más que nada “esto es como un seguro”, esperas nunca usarlo pero siempre es bueno tenerlo.