Salud

Cáncer de mama: CDMX y estados con mujeres ‘empoderadas’ tienen más casos, afirma la UNAM

De acuerdo a la UNAM, se ha observado que en los estados ‘con un estilo de vida donde las mujeres están más empoderadas’ hay mayor frecuencia de cáncer de mama.

El cáncer de mama es la principal causa de muerte para las mujeres entre los tumores malignos. (Shutterstock)

Cada año, en el mundo se registran 685 mil defunciones por ese mal, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En México, en 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía registró siete mil 880 muertes por cáncer de mama,, de las cuales siete mil 821 fueron mujeres y 58 hombres.

De acuerdo con Karla Unger Saldaña, catedrática de Conacyt comisionada al Instituto Nacional de Cancerología y maestra y doctora en Ciencias de la Salud por la UNAM, los estados del país con mayor frecuencia y mortalidad por dicho padecimiento, hasta 2020, son estados del norte, como Nuevo León, Chihuahua, Baja California, Sonora y Colima, además de Ciudad de México.

Alteración del orden

De acuerdo a una publicación publicada por la UNAM, el cáncer de mama se genera cuando hay una mutación en el material genético de las células alterando el orden de éstas, lo que produce un descontrol en la proliferación de las células, se siguen multiplicando aunque ya no deban hacerlo; no mueren cuando les corresponde y empieza a haber un excedente de células dentro de algún tejido, así comienza a formarse lo que se conoce como el tumor o la bolita, la cual es palpable en las mamas.

La científica explica que “en el caso del cáncer de mama no se han terminado de dilucidar todas sus causas, pero hay evidencia de varias de ellas. Entre las que pueden modificarse está el consumo de tabaco y alcohol, el sobrepeso y el sedentarismo; estas favorecen los desbalances hormonales.


También hay factores que no son modificables, como los hereditarios o los asociados al hecho de ser mujer, como es postergar la maternidad, no tener hijos o no amamantar nunca: lo anterior aumenta el riesgo.

Se ha observado también que en los estados más urbanos, con un estilo de vida donde las mujeres están más empoderadas y tienen mayor control de su maternidad, hay mayor frecuencia en los casos.

La especialista señala que “esta es una enfermedad más de países ricos que de pobres, en términos de frecuencia. Sin embargo, en naciones más desarrolladas y con sistemas de salud fuertes lo que se observa es un mal altamente curable; aunque hay muchos casos, la mortalidad no necesariamente es alta. En cambio, en países de desarrollo intermedio o bajo puede haber mortalidades más altas, porque no se puede atender a las mujeres oportunamente y de forma integral”.

Importancia de un diagnóstico temprano

Las etapas clínicas del cáncer van desde la 0, cuando aún no es invasor y está encapsulado, hasta la IV, cuando ya hay metástasis, es decir, se propaga en órganos a distancia.


En México, aproximadamente 70 por ciento de los casos que se diagnostica es en etapas localmente avanzadas o avanzadas. Los países de altos ingresos, que en los últimos 30 años han disminuido sus tasas de mortalidad, detectan por lo menos 60 por ciento de los casos en etapas tempranas; en México se está haciendo en 30 por ciento. “Tenemos muchísimo margen de maniobra ahí para diagnosticar más tempranamente a nuestras pacientes y que les vaya muchísimo mejor”.

Karla Unger menciona que el interés de sus investigaciones desde hace 15 años está relacionado con el por qué las mujeres presentan un retardo en sus diagnósticos: “hay un paradigma allá afuera en el que se piensa que son ellas las que postergan. Pero en mis investigaciones hemos descubierto que si bien hay algunas que lo hacen, no es la mayoría. En general, buscan atención oportunamente. Lo que está pasando es que hay muchos problemas de acceso para poder articular todo el proceso de atención que requieren”.

También dice que los costos para pagar los estudios necesarios actúan como una barrera y hay problemas de calidad en la realización de los mismos. Si las mujeres no pueden entrar en el sistema público usan los servicios privados, pero sólo hasta donde su capacidad económica les permite.

“Nosotros hemos documentado aproximadamente cinco meses entre que una paciente va a consulta por vez primera debido a un síntoma hasta que inicia tratamiento. Es un tiempo inaceptable, no solamente por la angustia que genera, sino que además repercute en el pronóstico. Hay evidencia de otros países donde cada semana adicional de tiempo va aumentando la probabilidad de que la enfermedad avance y si lo hace la probabilidad de supervivencia se reduce”.

En el contexto del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre, Unger recomienda realizar revisiones periódicas en casa, y ante la aparición de cualquier síntoma en la mama consultar a un especialista. A partir de los 20 años acudir con un médico para hacerse un examen físico de las mamas y desde los 40 años mastografías. Agrega que los servicios de salud deben mejorar y considera que la población puede ayudar a exigir servicios de mayor calidad y acceso.

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