¿Alguna vez has escuchado que algún conocido o familiar tiene piedras en los riñones? A estas piedras se les llaman cálculos renales y se forman a partir de ciertas sustancias químicas en la orina.
Estos objetos duros pueden permanecer en el riñón o viajar por las vías urinarias hacia el uréter pero los que no se mueven, bloquean el flujo de la orina causando dolor, explica la Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos.
Las piedras de menor tamaño son más fáciles de expulsar a través de la orina, pero las más grandes son las responsables de la presencia de signos anormales como dolor en abdomen o sangrado. El tamaño de las piedras varía dependiendo de las sustancias a partir de las cuales se hayan formado. La fundación señala cuatro tipos:
- Oxalato de calcio.
- Ácido úrico.
- Estruvita.
- Cistina.
El riesgo de padecerlas es más alto en hombres que en mujeres pero también existen otros factores que pueden desencadenarlas como:
- Antecedentes familiares de personas con cálculos renales.
- Deshidratación causada por sudoración excesiva o por no beber suficiente agua.
- Dietas con abundantes proteínas, sal o azúcar.
- Cirugías que modifican el sistema digestivo.
- Enfermedades crónicas como diabetes o presión arterial alta.
¿Cuáles son los síntomas de los cálculos renales?
De acuerdo con la Secretaría de Salud, las personas con cálculos renales presentan los siguientes síntomas:
- Dolor intenso que comienza repentinamente y puede sentirse en el área abdominal, en un costado de la espalda y que puede extenderse al área de la ingle.
- Escalofríos.
- Sangre en la orina.
- Fiebre.
- Náuseas o vómitos.
¿Cómo se tratan los cálculos renales?
El tratamiento para este padecimiento depende del tipo de cálculo y de la gravedad de los síntomas, indica la Secretaría de Salud. En caso de tratarse de un cálculo pequeño, se puede administrar analgésicos para eliminarlo a través de la orina, por si el proceso resulta doloroso. Mientras que, para los cálculos más grandes, se pueden prescribir medicamentos o procedimientos que ayuden a descomponerlos.
¿Cómo prevenir los cálculos renales?
La Fundación Nacional del Riñón recomienda seis estrategias para prevenir la formación de cálculos renales:
- No pierdas de vista tu sudoración. La pérdida de agua a través del sudor provoca una menor producción de orina, lo que a su vez permite que los minerales responsables de formar cálculos se asienten en los riñones y en el tracto urinario. Para evitar que esto ocurra es importante mantenerse hidratado y tener cuidado con excederse de actividades que causan sudoración excesiva como el ejercicio intenso o los saunas.
- Oxalato y calcio, la mejor combinación. La mayoría de los cálculos renales se forman por oxalato pero dejar de consumirlo no es la manera más sana de evitar el padecimiento. Ingerir alimentos ricos en oxalato y calcio juntos en una comida provoca que se unan antes de llegar al riñón, evitando que lo procese solo y previniendo de esa manera la formación de piedras.
- No reduzcas el calcio. Reducir el consumo de calcio no ayudará a prevenir los cálculos, lo que se requiere es moderar la ingesta de sodio y combinarlos con alimentos ricos en oxalato, como se mencionó anteriormente.
- Cálculos renales tienden a reaparecer. Eliminar un cálculo renal no garantiza que no aparecerán otros en el futuro pero las probabilidades se reducen si los pacientes siguen los consejos nutricionales y toman los medicamentos adecuados.
- Limonada para los cálculos renales. Los cálculos renales crónicos a menudo se tratan con un citrato alcalino que está disponible sin receta pero también pueden encontrarse citratos en jugos de cítricos aunque se requieren grandes cantidades. Si te inclinas por este método no pierdas de vista controlar la cantidad de azúcar que consumes.
- Reduce consumo de carnes rojas. El consumo de purinas presentes en carnes rojas, visceras y mariscos conduce a una mayor producción de ácido úrico y la alta concentración de este ácido puede llevar a la formación de cálculos. Para prevenirlos es importante reducir el consumo de estos medicamentos y seguir una dieta que contenga principalmente verduras y frutas, cereales integrales y productos lácteos bajos en grasa.