El hígado es uno de los principales órganos del cuerpo humano, pues se enfoca en digerir alimentos y funcionar como un ‘filtro’ para eliminar sustancias tóxicas.
Ubicado en el abdomen y más o menos del tamaño de una pelota, este órgano es fácil de dañarlo justamente por su función, y aunque puede que no sea inmediato, los problemas con el hígado pueden tardar años y hasta generaciones en manifestarse.
¿Qué es una enfermedad hepática?
Este tipo de enfermedad es única y exclusivamente del hígado, y puede ser hepática puede ser heredada (o adquirida, según cada persona. En este respecto, los problemas hepáticos también pueden ser causados por una variedad de factores como virus o consumo de sustancias nocivas o alimentos no balanceados.
Síntomas de la enfermedad de hígado
Como comentábamos anteriormente, la enfermedad hepática no siempre causa síntomas perceptibles tras el daño, por lo que los signos de preocupación pueden llegar más tarde que temprano, y pueden incluir los siguientes:
- Color amarillento en piel y ojos (ictericia)
- Hinchazón y dolor abdominal
- Hinchazón en piernas y tobillos
- Picazón en la piel
- Orina de color oscuro
- Color pálido en las heces
- Fatiga crónica
- Náuseas o vómitos
- Pérdida del apetito
- Aparición inusual de moretones
¿Cómo me prevengo la enfermedad hepática?
- Beber alcohol con moderación.
- Conocer los riesgos hereditarios en caso de haberlos.
- Evitar el uso de medicamentos sin receta médica y en caso de utilizarlos de manera crónica, moderar el uso.
- Evitar el contacto con sangre u otros líquidos corporales de otras personas.
- Mantener higiene y buena cocción en tu comida.
- Mantener cuidado de las relaciones sexuales.
- Cuidar el uso de líquidos limpiadores en rociadores.
- Proteger la piel al entrar en contacto con el sol.
- Mantener un peso saludable.
- Cuidado de prácticas como realizaciones de tatuajes o perforaciones en la piel con objetos no esterilizados o previamente usados.