Durante algún tiempo se llegó a pensar que el exceso de alcohol podía provocar esta enfermedad, algo que los años (y estudios, claro) se encargaron de desmentir. ¿De qué hablamos? Del hígado graso.
En pocas palabras, se dice que una persona padece de esta afectación cuando su hígado ‘se pone duro’. ¿Por qué pasa esto? Por la acumulación de grasa en las células hepáticas lo que, en consecuencia, provoca la inflación del hígado.
La hinchazón del órgano interno más grande del cuerpo no es algo que se deba tomar a la ligera, pues la Secretaría de Salud explica que eso puede derivar en fibrosis (cicatriz por la inflamación constante) y provocar la cirrosis.
La dependencia agregó que, según cálculos, entre 20 y 30 por ciento de la población de todo el mundo presenta hígado graso, es decir, entre mil 600 millones y 2 mil 400 millones de personas.
¿Qué síntomas provoca el hígado graso?
La Clínica Mayo advierte que por lo general, este padecimiento no genera síntomas. En caso de que sí aparezcan, algunos de ellos son fatiga y dolor o molestia en la parte superior del abdomen.
Los síntomas por los que debes de alarmarte son los siguientes:
- Hinchazón abdominal (ascitis)
- Vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel
- Bazo agrandado
- Palmas rojas
- Color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia)
La Clínica Mayo explica que si presentas alguno de estos problemas, quiere decir que puedes estar padeciendo de cirrosis.
¿Qué factores de riesgo existen?
La Secretaría de Salud cita los siguientes padecimientos o situaciones como factores que aumentan la posibilidad de padecer hígado graso.
- Obesidad
- Diabetes mellitus
- Dislipidemia metabólica relacionada con los lípidos y colesterol
- Pérdida rápida de peso
- Uso de ciertos medicamentos (como los glucocorticoides)
- Exposición a petroquímicos
¿Cómo saber si tienes hígado graso?
La Secretaría de Salud menciona que el método más común de diagnóstico es una biopsia hepática que, como punto negativo, es muy invasiva.
Otro método es el de la UNAM, que desarrolló un aparato llamado FibroScan que utiliza los principios de un ultrasonido para diagnosticar el hígado graso.
Elena Peraza Covarrubias, licenciada en nutrición y una de las colaboradoras del proyecto, explicó en un artículo de la máxima casa de estudios que el instrumento dos tipos de onda que permiten calcular el grado de dureza del hígado.