Ricardo O’Farrill, comediante mexicano, desartó una polémica en redes sociales al revelar que Mau nieto y Daniel Sosa, dos de sus colegas, drogaron a una mujer con MDMA, una droga sintética que actúa como estimulante alucinógeno de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos.
“Se les hizo muy chistoso a esos dos” fue la acusación de O’Farrill, quien señaló a los comediantes del acto de violencia contra una mujer de quien no revela el nombre.
La MDMA es una droga fuerte para el organismo. Su uso, de acuerdo con autoridades estadounidenses de salud, puede dañar a las células nerviosas que tienen serotonina. El comediante informó que “la mujer (a la que le pusieron MDMA en su bebida) se puso muy mal y parece que Daniel la cuidó toda la noche”.
¿Qué es la MDMA?
También conocida como Éxtasis, se trata de una droga que “produce un efecto energizante, distorsiona la percepción sensorial y temporal y hace que las experiencias sensoriales se disfruten más profundamente”.
El uso común de esta droga es a través de tabletas que además incluyen metanfetamina, el anestésico ketamina, cafeína, la droga dietética efedrina.
Las personas comunmente consumen dos tabletas de MDMA, una al inicio y otra cuando se termina el efecto de la primera, lo que, advierten, es peligroso debido a que puede producir efectos secundarios adversos para el organismo.
MDMA: ¿Cuáles son las afectaciones de su consumo?
El Instituto de Salud estadounidense señala que la MDMA “afecta el cerebro al aumentar la actividad de al menos tres neurotransmisores”:
- Serotonina: “Es un neurotransmisor que cumple una función importante en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el dolor, el apetito y otros comportamientos”. Si se produce en exceso, puede provocar efectos psicológicos negativos.
- Dopamina.
- Norepinefrina.
El consumo de MDMA contribuye al aumento de depresión, ansiedad y paranoia, así como un deterioro de la memoria.
Efectos secundarios del MDMA
- Aumento elevado de la temperatura corporal (hipertermia).
- Deshidratación.
- Desequilibrio de electrolitos (sodio).
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Tensión involuntaria en las mandíbulas y rechinado involuntario de los dientes.
- Rigidez de los músculos o articulaciones.
- Pérdida del apetito.
- Pensamientos ilógicos o desorganizados.
- Piernas inquietas.
- Náuseas.
- Bochornos o escalofríos.
- Dolor de cabeza.
- Sudor.
- Desfallecimiento o mareos.
- Ataques de pánico.
- Pérdida del conocimiento.
- Convulsiones.
- Insuficiencia renal.
- Inflamación del cerebro.
- Arritmia (latido irregular del corazón) y lesiones cardíacas.
- Irritabilidad.
- Depresión.
- Impulsividad.
- Deterioro de la atención y la memoria.
- Ansiedad.
- Agresividad.
- Problemas para dormir.
- Dificultad para concentrarse.
- Pérdida del apetito.
- Cardiopatías.
- Disminución de la función cognitiva.