Salud

Calentamiento global aumenta casos de enfermedades transmitidas por garrapatas

La encefalitis transmitida por garrapata es una enfermedad potencialmente mortal que se está propagando hacia otras regiones.

Algunos estudios han mostrado que diversas enfermedades transmitidas por las garrapatas se han vuelto más comunes. (Victoria Arocho/AP)

En 2022, los médicos registraron el primer caso confirmado en Gran Bretaña de virus de encefalitis transmitido por garrapatas.

Un hombre de 50 años paseaba en bicicleta en el Parque Nacional North Yorkshire Moors, en Inglaterra, famoso por sus grandes extensiones de bosque y brezos morados.

En un momento durante su recorrido, al menos una garrapata de patas negras se le adhirió en la piel. Cinco días después, el ciclista presentaba los síntomas asociados comúnmente a una infección viral: fatiga, dolor muscular y fiebre.

Al principio parecía recuperarse, pero una semana después comenzó a perder coordinación motriz. Una resonancia magnética reveló que había desarrollado encefalitis, o inflamación del cerebro.


¿Cuál es la enfermedad que transmiten las garrapatas?

Se trataba de encefalitis transmitida por garrapata (ETG), una enfermedad potencialmente mortal que, a decir de los expertos, se está propagando hacia otras regiones debido en gran medida al calentamiento global.

En los últimos 30 años, la temperatura promedio en Gran Bretaña ha aumentado alrededor de 1 grado Celsius en comparación con la normalidad histórica.

Varios estudios han mostrado que diversas enfermedades transmitidas por las garrapatas se han vuelto más comunes debido al cambio climático.

Las autoridades de salud pública están particularmente preocupadas por la ETG debido a su veloz propagación de país a país y porque su mortalidad es más alta que la de otras enfermedades transmitidas por la garrapata, como la enfermedad de Lyme.


Gábor Földvári, un experto del Centro de Investigación Ecológica en Hungría, dijo que es innegable la incidencia del cambio climático en la ETG. “Se trata de un problema muy común que era inexistente hace 20 o 30 años”, agregó.

Las garrapatas no pueden sobrevivir más de un par de días en temperaturas bajo cero, pero subsisten en condiciones de bastante calor si hay suficiente humedad en el medio ambiente.

A medida que aumentan las temperaturas promedio del planeta y los inviernos se vuelven menos fríos, las garrapatas se vuelven activas meses antes de lo que era usual.

El cambio climático afecta cada etapa del ciclo de vida de las garrapatas: huevo, larva de seis patas, ninfa de ocho patas y adulta, al alargar el periodo en el que pueden alimentarse de las personas y los animales.

Incluso un calentamiento global de una fracción de grado crea más oportunidades para que las garrapatas se reproduzcan y transmitan enfermedades.

“El número de garrapatas que sobreviven al invierno está aumentando, y en la primavera hay una gran actividad de ellas”, dijo Gerhard Dobler, un médico que trabaja en el Centro Alemán de Investigación de Enfermedades Infecciosas.

“Esto podría aumentar el contacto entre garrapatas infectadas y humanos, y causar más enfermedades”.

Desde su descubrimiento en la década de 1930, el virus se ha detectado principalmente en Europa y regiones de Asia, como Siberia y el norte de China.

El mismo tipo de garrapata es portadora de la enfermedad en esas áreas, pero el subtipo del virus varía según la región.

En lugares donde el virus es endémico, las picaduras de garrapata son la principal causa de los casos de encefalitis, aunque también es posible infectarse por consumir leche no pasteurizada de ganado infectado por garrapatas.

La ETG no se ha encontrado en Estados Unidos, aunque algunos estadounidenses se han infectado en visitas a Europa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se presentan entre 10 mil y 12 mil casos de la enfermedad en Europa y el norte de Asia.

El número total de casos a nivel mundial quizá sea inferior a la cifra real porque los conteos no son fiables en los países donde la población tiene escaso conocimiento de la enfermedad y los departamentos de salud no están obligados a reportar los casos al gobierno.

Pero los expertos aseguran que ha habido un evidente aumento desde la década de 1990, en especial en países donde la enfermedad era infrecuente.

“Vemos una tendencia ascendente de los casos en humanos”, dijo Dobler, que señaló aumentos en Austria, Alemania, Estonia, Letonia y otros países europeos.

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