Muchos se preguntan qué es la quimioterapia preventiva, el tratamiento al que se está sometiendo Kate Middleton, la princesa de Gales, y hasta qué punto este método puede ser eficaz como tratamiento contra el cáncer. Esto es lo que sabemos sobre esta terapia.
Para prevenir el desarrollo del cáncer, se recomiendan cambios en el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y la protección solar. Pero además se puede recurrir al tamoxifeno, un fármaco de terapia hormonal, para intentar minimizar el riesgo en algunas pacientes con altas posibilidades de desarrollar un cáncer de mama.
Una vez tratado el cáncer, hablamos de prevención para referirnos a la administración de quimioterapia posterior a la extirpación del tumor, destinada a evitar su reaparición.
¿Quimioterapia, radioterapia o cirugía?
Si un cáncer está localizado (limitado a una parte determinada del cuerpo) y no hay indicios en las exploraciones de que se haya extendido a otras zonas, los tratamientos locales como la cirugía o la radioterapia pueden eliminar el tumor.
Sin embargo, si el cáncer se detecta cuando ya se ha extendido a otras partes del cuerpo en el momento del diagnóstico, los médicos utilizan tratamientos como la quimioterapia (medicamentos contra el cáncer), las hormonas o la inmunoterapia, que circulan por todo el cuerpo.
Otro posible uso de la quimioterapia es añadirla antes o después de la cirugía o de la radioterapia para evitar que el cáncer primario reaparezca. Se recurre a ella porque, si bien la cirugía puede haber curado el cáncer, es posible que algunas células microscópicas indetectables se hayan extendido ya por el torrente sanguíneo a lugares distantes.
Y esto hará que el cáncer reaparezca meses o años después a no ser que el tratamiento con quimioterapia, administrado antes o después de la cirugía local o la radioterapia, logre destruir esas células.
Si no podemos detectar esas células, ¿cómo podemos saber si es eficaz administrar quimioterapia adicional para prevenir la recidiva? Lo sabemos por los ensayos clínicos. Los investigadores han comparado pacientes sometidos únicamente a cirugía con otros a los que se les administró quimioterapia adicional (a menudo denominada adyuvante). La terapia adicional consiguió que los pacientes no recayeran y sobrevivieran más tiempo.
¿Cuál es la eficacia de la terapia preventiva?
La eficacia de la terapia preventiva depende del tipo de cáncer y del tipo de quimioterapia.
Consideremos el ejemplo común del cáncer de intestino, que tiene un alto riesgo de reaparecer tras la cirugía debido a su tamaño o a su diseminación a los ganglios linfáticos locales. La primera quimioterapia probada mejoró la supervivencia en un 15 por ciento. Con una quimioterapia más intensa, la probabilidad de sobrevivir seis años se acerca al 80 por ciento.
La quimioterapia preventiva suele administrarse entre tres y seis meses.
¿Cómo actúa la quimioterapia?
Muchos de los fármacos quimioterápicos detienen la división de las células cancerosas al alterar el ADN (material genético) situado en el núcleo de las células. Para mejorar su eficacia, se combinan diferentes fármacos.
La quimioterapia no es selectiva para las células cancerosas: mata cualquier célula en división. Sin embargo, los cánceres están formados por una mayor proporción de células en división que las células normales del cuerpo. Y con cada ciclo de quimioterapia se mata una mayor proporción de tumor. Las células normales pueden recuperarse entre un ciclo y el siguiente, que suelen administrarse con un separación de tres a cuatro semanas.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
Los efectos secundarios de la quimioterapia suelen ser reversibles y se observan en partes del cuerpo donde normalmente hay un alto recambio celular. La producción de células sanguíneas, por ejemplo, se interrumpe temporalmente. Y como el recuento de glóbulos blancos es bajo, aumenta el riesgo de infección.
Simultáneamente, la muerte celular en el revestimiento del intestino provoca úlceras bucales, náuseas y vómitos y trastornos intestinales. Además, ciertos fármacos que a veces se administran durante la quimioterapia pueden atacar otros órganos, causando, entre otros síntomas, entumecimiento en manos y pies o fatiga.
Dado que la quimioterapia preventiva administrada después de la cirugía comienza cuando no hay indicios de que quede cáncer tras la cirugía local, los pacientes suelen poder reanudar sus actividades normales a las pocas semanas de finalizar los ciclos.