Clara se encontraba en el gimnasio haciendo hip trust —un ejercicio para glúteo— cuando, de pronto, sintió que llegaba al clímax. Sorprendida por lo que acababa de pasar, se levantó y continuó con el siguiente ejercicio marcado en la rutina. Fue un coregasmo.
“Fue algo que nunca había sentido. Me sorprendí porque a veces es algo que no sientes ni cuando estás con tu pareja”, contó la joven en entrevista para El Financiero.
¿Qué es un coreorgasmo?
También conocido como ‘coregasmo’, el orgasmo que tuvo Clara mientras hacía ejercicio no es un caso aislado. Aunque llegar al clímax generalmente se considera como parte de una relación coital, existen reportes de mujeres y personas con vulva que han pasado por esta experiencia.
En 2011, investigadores de la Universidad de Indiana realizaron un estudio con 530 mujeres para comprender la experiencia de los orgasmos inducidos por ejercicio. Al respecto, 246 encuestadas admitieron experimentar un coregasmo al hacer ejercicio: mientras escalaban, hacían abdominales o levantaban pesas.
Algunas de las encuestadas reportaron no experimentar un coregasmo, pero admitieron haber experimentado placer sexual durante el ejercicio, de acuerdo con el estudio publicado en la revista Sexual and Relationship Therapy.
¿Por qué ocurre un coreorgasmo?
Al respecto, Jenni Russell, fundadora de Pelvic Floor Secrets explicó a The Independent que es posible sentir este orgasmo debido a que los músculos del abdomen inferior y del suelo pélvico se agotan, ya que se alcanza fácilmente su umbral.
“Solían ser comunes en las competiciones UltraFit tanto para mujeres como para hombres, debido a la descarga de adrenalina y al aparato utilizado. En general, son usuales en mujeres y hombres que están ‘en sintonía’ con su cuerpo”.
En el marco del Día Internacional del Orgasmo Femenino, la sexóloga, Elia Martínez, explicó a El Financiero que este orgasmo se produce por la estimulación del piso pélvico al momento de realizar algunos ejercicios.
“Es el orgasmo mediante la estimulación básicamente de lo que es el piso pélvico, o la zona del piso pélvico. Hay muchos ejercicios que son para fortalecerlo. Si nosotras conociéramos, empoderáramos y ejercitáramos de una manera continua nuestra zona pélvica, posiblemente podríamos tener orgasmos sin meter las manos”, dijo la especialista.
Debido a que la sexualidad continúa como un tabú, algunas de las personas con vulva que experimentan un coregasmo podrían sentir pena, por lo que la especialistas y autora de Ivaginaria hizo un llamado a no tener miedo y disfrutar el momento.
“No hay que tener miedo de que nuestro cuerpo exprese su placer porque, finalmente, estamos conquistando un territorio que no se había llegado a conquistar del todo. Creo que todas las maneras en como se produzcan los orgasmos son bienvenidas siempre y cuando no causen daño a nuestro cuerpo y sea un acto consensuado, si lo realizamos con otra persona”.
Elia Martínez recomienda que, en caso de estar en un sitio público, como el gimnasio o un parque, las personas con vulva que están a punto de experimentar un coregasmo y sienten pena pueden respirar, relajarse y cerrar los ojos para aparentarlo.
“Vas a respirar para poder oxigenar tu orgasmo e inflamarte de sangre y gozar ese orgasmo, también para regular la respiración y apretar los ojos, pero realmente, si estás en el gimnasio y tienes un orgasmo, también se puede confundir con alguien que está haciendo mucho esfuerzo y de que gime. Yo creo que hay que perderle el miedo a la expresión de los orgasmos, o sea, permite explorar tu cuerpo”.
La sexóloga recomendó realizar ejercicios de kegel para fortalecer el piso pélvico que, además de ayudar a controlar los orgasmos y mejorar las relaciones coitales, tienen distintos beneficios para la salud de las mujeres y personas con vulva.
¿Cuáles son los beneficios de los ejercicios de kegel?
El kegel consiste en un ejercicio que se realiza sosteniendo y relajando los músculos del piso pélvico para fortalecerlos, pues sostienen la vejiga, el recto y el útero.
“Vamos a tener un control de nuestra zona pélvica si hacemos kegel, vamos a tener coitos muy placenteros e incluso, por ejemplo, si una se está masturbando puede controlar la duración del orgasmo, la intensidad, precisamente con la fuerza de la vulva”.
Factores como el embarazo y el parto, la cirugía y el envejecimiento, pueden debilitar los músculos del piso pélvico, por lo que Elia Matínez recomienda hacer kegel, pues, además de fortalecerlos, tiene beneficios para las relaciones coitales y otros problemas de salud.
“Son un ejercicio o una disciplina o una actividad o un hábito que tu ginecóloga o ginecólogo debe recomendarte en tu primera consulta. Los beneficios son incontables, por ejemplo, en un parto natural, si tú tienes empoderada la zona pélvica, va a ser mucho más fácil la salida del bebé en el canal vaginal”.
Entre otros beneficios de estos ejercicios, la especialista mencionó los siguientes:
- Previene la incontinencia urinaria o fecal.
- Después del embarazo fortalecen el suelo pélvico
- Mejora la circulación de sangre a la vagina
- Facilitan el control del orgasmo.