Los dos principales trastornos de salud mental que afectan a los mexicanos y a la población mundial son la depresión y la ansiedad. Aproximadamente 280 millones de personas presentan depresión, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, alrededor de 35 millones de personas han experimentado un episodio depresivo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (2021) del INEGI indica que 19.3 por ciento de la población adulta tiene síntomas de ansiedad severa, otro 31.3 por ciento revela ansiedad mínima o en algún grado.
Diego Coronel Manzo, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explicó que estos padecimientos pueden afectar la funcionalidad de una persona en diferentes ámbitos, como el académico, laboral, incluso ser motivo de discapacidad psicosocial y de merma de las relaciones interpersonales.
Coronel Manzo detalló que la población adolescente y adulta joven es la más vulnerable a presentar problemas de salud mental, por lo que deben intensificarse los esfuerzos para promover servicios accesibles de atención y prevención oportuna.
Menciona además que no es lo mismo atenderlos cuando se identifican de manera temprana, a hacerlo una vez que han pasado algunos años y la condición se ha cronificado y el proceso de recuperación es lento.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el experto precisó que la prevalencia de las enfermedades mentales se incrementa conforme el individuo se enfrenta a factores psicosociales asociados al estrés incluyendo pérdidas, ingreso o despido de un trabajo, divorcio, etcétera.
Pero también hay de tipo biológicos que pueden predisponer, en diferentes edades a hombres y mujeres, a presentar esas condiciones, como el período puerperal o posparto, así como la menopausia, en el caso de ellas; y en el caso de los hombres los relacionados con la andropausia, la pérdida del status o la separación marital.
Todos contamos con cierta vulnerabilidad para desarrollar algún problema de salud mental: uno de cada dos individuos en algún momento de la vida lo va a presentar, alertó el especialista.
Además, el experto señaló que se debe eliminar el estigma que persiste entorno a las enfermedades mentales, producto del desconocimiento.
El rechazo hacia el enfermo ha ocurrido a lo largo de la historia; se le relega, excluye, cuando lo que se requiere es brindarle ayuda por parte de la sociedad, remarcó. El universitario aclaró que la salud mental se refiere al adecuado funcionamiento, a nivel biológico, psicológico y social de una persona, de modo que sea funcional y productivo para su sociedad y capaz de alcanzar sus metas.
Productividad se pierde por trastornos de salud mental
Para este año, Día Mundial de la Salud Mental lleva por tema La salud mental en el trabajo. Al respecto, el universitario destaca que un individuo es más eficiente si tiene una adecuada salud mental y si hay respeto en los horarios laborales.
La salud puede presentar problemas cuando las jornadas se extienden y en lugar de desempeñarse como máximo 48 horas a la semana, lo hace 55 o 60, o cuando hay poca eficiencia para resolver conflictos o escasa claridad respecto a las tareas que debe desempeñar cada uno dentro de la organización, detalla.
“Vemos una mayor tasa de incidencia del síndrome de burnout o del ‘trabajador quemado’, con fatiga crónica, insomnio y hasta depresión en los entornos laborales debido a que no se permite que haya un tiempo adecuado de descanso y recuperación. Eso, por supuesto, repercute en la funcionalidad del individuo y en su entorno de trabajo y no es beneficioso para la organización o la empresa, ya que se pierde productividad”, indicó
Todo ello predispone al desarrollo de diferentes malestares emocionales, incluida la insatisfacción por el trabajo y la frustración por el desempeño, que más adelante se transforman en un trastorno mental, advirtió el experto.
Según el universitario, en las organizaciones se requiere un servicio de apoyo psicológico, de acompañamiento psicoterapéutico breve y tratamientos preventivos, antes de que empiece a mermar la productividad y se registre, incluso, la baja de la persona empleada.
Además, los empleadores deben conocer la importancia de la salud mental y las pérdidas que se generan al haber casos de enfermedad, en tanto que el colaborador tiene que establecer “factores protectores” como el autocuidado, y marcar límites respetando horas de sueño y de comida, además de realizar actividad física.
Cuando nuestras respuestas emocionales (tristeza, insomnio, apetito, enojo) son exageradas, es indicador de que algo no funciona y que es momento de acudir con un especialista. Una situación de urgencia se presenta cuando una persona manifiesta ideas de muerte o considera el suicidio como una forma de escapar de su problemática, añadió.