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¿Qué tan extraño será el futuro? ¿Solo un poco raro, o increíblemente extraño? ¿Y este futuro será en mil años, o dentro de 100?
La idea de que el futuro será más extraño de lo que pensamos, y que llegará antes, es una posibilidad planteada por Holden Karnofsky, codirector ejecutivo de Open Philanthropy. Es una idea intrigante y provocativa.
Un factor de complicación serán las diferentes formas de ingeniería genética. A medida que avanza la genómica, podremos alterar el curso futuro de la humanidad. El método más simple es la selección de embriones, mediante la cual los padres pueden elegir un niño en lugar de una niña, o un niño con algunas características en lugar de otras. Nuestra capacidad para hacer esto será cada vez más precisa. Es probable que también sean factibles formas más directas de manipulación genética.
Quizás la mayoría de los padres no querrán hacer esto, excepto para proteger a sus hijos contra posibles defectos de nacimiento. Pero es evidente que algunos padres lo harán, por lo que la humanidad se dividirá en grupos con diferentes historias genéticas. Eso no ha sucedido en la historia reciente de la humanidad.
Otra posibilidad muy real es que la investigación sobre la longevidad sea fructífera. Ahora parece cada vez más posible que podamos jugar con varios “relojes” biológicos para prolongar la vida y ralentizar el envejecimiento. Una esperanza de vida más larga no es una idea nueva, pero esto también representaría una ruptura fundamental. Muchas personas podrían vivir mucho más allá de los 100 años y sin grandes problemas de salud.
Suponiendo que estos avances no se extiendan a todas las personas a la vez, nuevamente el mundo estará dividido. Algunos perseguirán el objetivo de la “velocidad de escape”, tratando de vivir lo suficiente para que se descubran nuevas curas para su muerte inminente.
En el camino, la ingeniería neuronal podría darnos el poder de mover y alterar objetos físicos simplemente usando nuestras mentes. Esto ya es posible con monos, aunque de forma limitada.
Es probable que tengamos evidencia definitiva de vida inteligente en otros planetas, ya que nuestra capacidad para buscar señales extraterrestres químicas y electromagnéticas ha aumentado constantemente. Imaginemos un futuro en el que descubrimos que no estamos solos en el universo, aunque la vida extraterrestre permanece a una gran distancia. Algunos científicos de la NASA predicen que se encontrarán señales de vida extraterrestre para 2025.
En algún momento tendremos la capacidad de crear sondas espaciales autorreplicantes. Las enviaremos al espacio e intentaremos sembrar vida en toda la galaxia, convirtiéndonos así en dioses en al menos una dimensión, incluso si el éxito lleva millones de años. Elon Musk creará algún futuro, incluso si ningún Gobierno lo hace.
Alternativamente, podríamos crear formas de vida adicionales aquí en la tierra a través de la inteligencia artificial general. Se podría pensar que no es una idea particularmente acertada. Pero si se puede lograr, es probable que alguien lo haga. Las consecuencias secundarias de tales avances son difíciles de predecir, pero probablemente cambiarían muchas facetas diferentes de la vida humana, sobre todo nuestros trabajos. La creación de formas de vida biológicas nuevas y originales también podría suceder, y podría alterar radicalmente muchos de nuestros ecosistemas.
Más especulativamente, existe la pequeña posibilidad de que extraterrestres visiten la Tierra y se revelen. Ante el reciente informe del Gobierno de Estados Unidos sobre fenómenos aéreos no identificados (término para lo que solían llamarse ovnis), le doy a esto al menos un uno por ciento de probabilidad de que ya haya sucedido.
Imagínense si todos o la mayoría de dichos desarrollos se materializaran durante un período de varias décadas. Ya no es ciencia ficción ridícula esperar esto.
Incluso si dejamos de lado los ovnis, estos cambios son mucho más radicales que los que ocurrieron entre 1921 y hoy en día. En comparación con 1921, somos mucho más ricos y tenemos más seguridad, pero muchas de las estructuras básicas del mundo siguen siendo, en general, las mismas. No creo que mucho de lo que podemos hacer ahora chocaría a nuestros predecesores de 1921, aunque la velocidad y el poder de nuestros computadores podría sorprenderlos. Visitantes del año 1921 tampoco pensarían que de alguna manera no somos humanos.
Por supuesto, ninguno de estos desarrollos es inevitable. Otro futuro muy extraño es completamente posible: que los humanos usemos nuestras energías creativas para la destrucción, haciendo que la civilización dé algunos pasos importantes y duraderos hacia atrás.
De cualquier manera, el futuro no se trata de solo más y mejores suburbios, mejores salarios y nuevas formas de redes sociales. Es probable que todo esto suceda, pero no serán los cambios más relevantes. Cuando se trata del futuro de la raza humana, nosotros, y nuestros hijos, para aquellos de nosotros que tenemos, podemos llegar a ser generaciones particularmente importantes. Realmente espero que estemos a la altura cuando llegue este momento.
La opinión del articulista no coincide necesariamente con la de Bloomberg. Ni con la de El Financiero.