Elon Musk ha presentado algunos planes audaces, aunque todavía vagos, para transformar Twitter en un lugar de “máxima diversión” una vez que compre la red social por 44 mil millones de dólares y la vuelva privada.
Pero promulgar lo que por el momento son poco más que una mezcla de principios vagos y detalles técnicos podría ser considerablemente más complicado de lo que el director general de Tesla sugiere.
Esto es lo que podría suceder si Musk sigue adelante con sus ideas sobre la libertad de expresión, la lucha contra el spam y la inteligencia artificial en las redes sociales.
Libre discurso
La máxima prioridad de Musk, pero también la más vaga, es hacer de Twitter una plaza pública digital “políticamente neutral” que permita tanta libertad de expresión como permitan las leyes de cada país.
Él ha reconocido que sus planes para remodelar Twitter podrían enojar a la izquierda política y complacer principalmente a la derecha. No ha especificado exactamente qué hará con la cuenta anulada del expresidente estadounidense Donald Trump y otros líderes de derecha cuyos tuits han violado las restricciones de la compañía contra el discurso de odio, las amenazas violentas o la desinformación dañina.
Musk no ha descartado suspender algunas cuentas, pero dice que tales prohibiciones deberían ser temporales.
Algoritmos de código abierto
Basado en su afición a la inteligencia artificial, Musk ha prometido “hacer que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza”. Habla de los sistemas que clasifican el contenido para decidir qué aparece en el feed de los usuarios.
Pero a algunos —en especial los más conservadores— les preocupa el “shadow banning”, una supuesta función para reducir el alcance de usuarios que se comportan mal, pero sin deshabilitar sus cuentas.
Autenticar a todos los humanos
Musk quiere que Twitter “autentice a todos los humanos”, una propuesta ambigua que podría estar relacionada con su deseo de eliminar las cuentas de spam.
Aumentar los controles de identidad mundanos —como la autenticación de dos factores o las ventanas emergentes que preguntan cuál de las seis fotos muestra un autobús escolar— podría disuadir a cualquiera de intentar acumular un ejército de cuentas falsas.
Musk también podría estar considerando ofrecer a más personas la insignia azul para autentificar las cuentas de tuiteros y tuiteras.
Pero a algunos activistas les preocupa que estas medidas puedan conducir a una política de “nombre real” similar al enfoque de Facebook de obligar a las personas a validar sus nombres completos y usarlos en sus perfiles. Eso podría contradecir el enfoque de libertad de expresión de Musk.
¿Twitter sin publicidad?
Musk ha planteado la idea de un Twitter sin publicidad, aunque no era una de las prioridades descritas en el anuncio oficial de fusión. Eso puede deberse a que eliminar la forma principal de ganar dinero de la compañía sería una tarea difícil, incluso para la persona más acaudalada del mundo.
Los anuncios representaron más del 92 por ciento de los ingresos de Twitter en el trimestre fiscal de enero a marzo. La compañía lanzó el año pasado un servicio de suscripción premium, conocido como Twitter Blue, pero hasta ahora con poco éxito.