La polémica en torno a la ‘palomita azul’ de Twitter se profundizó este fin de semana después de que varias cuentas ‘de alto perfil’ vieron reinstalada su preciada insignia de verificación, sin haber pagado una suscripción a Twitter Blue.
De inmediato -como si se tratara de un delito- celebridades y figuras públicas negaron haber pagado 8 dólares por su verificación, a pesar de las etiquetas fueron reinstaladas con la leyenda: “la cuenta está verificada porque están suscritos a Twitter Blue y verificaron su número de teléfono”.
A muchas de estas cuentas, Twitter les había conferido una marca azul que indicaba autenticidad; sin embargo, las ‘palomitas azules’ fueron eliminadas la semana pasada en un intento de Elon Musk de aumentar los ingresos de su red social.
¿Verificación a usuarios con más de un millón de seguidores?
Los usuarios se apresuraron a especular sobre si la etiqueta se reinstaló automáticamente a las cuentas que superan un millón de segudires.
Sin embargo, perfiles de estrellas como el actor Ryan Reynolds parece no ‘habérsela ganado’ a pesar de tener más de 21 millones de seguidores.
El desconcierto aumentó después de que la gente notó que cuentas de personalidades muertas también lucían la etiqueta, como el famoso chef Anthony Bourdain y el jugador de la NBA Kobe Bryant. Bourdain murió en 2018 y Bryant en 2020.
Otros se enojaron por la adición de marcas azules a los perfiles de personas como el destacado periodista y columnista Jamal Khashoggi, quien fue asesinado en 2018.
La cuenta del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, quien fue asesinado el año pasado, también recibió la etiqueta verificada.
Si bien Twitter no ofreció ninguna razón para las reintegraciones, Musk dijo anteriormente que está “pagando personalmente” por las suscripciones de Twitter Blue de los usuarios, incluido el jugador de baloncesto Lebron James, el autor Stephen King y el actor William Shatner, quienes han criticado el lanzamiento de la suscripción paga.
La metamorfosis de Twitter en un año
Ha pasado un año desde que Elon Musk inició su adquisición de Twitter y la red social ha sufrido varias metamorfosis, convirtiéndose en foco de noticias de todo tipo debido a su excéntrico dueño.
El martes 25 de abril se cumple un año desde que Twitter aceptó la oferta de compra del entonces hombre más rico del mundo por 44 mil millones de dólares, aunque el trámite no se cerró hasta finales de octubre.
“La libertad de expresión es la base de una democracia funcional, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, afirmó en abril de 2022 Musk, en un comunicado que anunciaba el acuerdo en un estilo grandilocuente.
Pero en este año Musk, que ha readmitido diversas cuentas vetadas por la administración anterior, ha quitado el megáfono a los usuarios anónimos y se lo ha pasado a quienes paguen una mensualidad, pues tendrán derecho a un lugar preferente en el visionado de la red.
Los anunciantes de Twitter han huido en masa
Las constantes polémicas y cambios bruscos de Musk -como cambiar por varios días el logo de Twitter por el de la criptomoneda Dogecoin- han hecho que los anunciantes hayan huido en masa de la red social fundada en 2006, lo que causó que los ingresos por publicidad cayeran recientemente hasta en un 75 por ciento, según The Washington Post.
No obstante, a pesar del éxodo, un puñado de empresas importantes- como Apple, Disney y McDonald’s- continúan publicitándose en Twitter.
Asimismo, la red sigue siendo la preferida para la comunicación política de gobiernos y gobernantes, partidos, personalidades y organizaciones de toda clase.
Cambio de algoritmo
Desde que Musk tomó las riendas, cambió la estructura de la red añadiendo una pestaña llamada “Para ti”, muy similar a la de otras redes como TikTok e Instagram, en las que los usuarios no ven la información de las personas a las que siguen de forma cronológica, como antes, sino tuits que les podría interesar.
Un análisis de The Washington Post señala que Twitter amplifica los discursos de odio en su sección “Para ti”, debido en parte a la decisión de Musk de restaurar miles de cuentas previamente suspendidas -entre ellas la del expresidente Donald Trump, quien aún no ha usado su cuenta-.
Los cambios internos se han traducido en diversos fallos y caídas en el sistema. En febrero, Twitter experimentó cuatro interrupciones en su aplicación.