Activistas partidarios del impuesto a bebidas azucaradas recibieron en sus celulares mensajes con vínculos que los dirigían a códigos invasivos usados para espiar sus dispositivos, según reveló el periódico New York Times.
Los vínculos, enviados en 2016 a Simón Barquera, directivo del Instituto Nacional de Salud Pública, Luis Manuel Encarnación, entonces director de Fundación Mídete y Alejandro Calvillo, activista y fundador de El Poder del Consumidor, contenian un código invasivo de un programa espía desarrollado por NSO Group.
De acuerdo con el medio estadounidense, la empresa, de origen israelí, vende sus herramientas de espionaje digital exclusivamente a gobiernos y tiene contratos con varios organismos del país.
Los mensajes a Barquera procedían de números no identificados e iban desde un amigo suyo que le decía que su padre había muerto, dando ubicación del funeral, que un medio de comunicación lo acusaba de negligencia, o que alguien le aseguraba estar teniendo un amorío con la esposa de éste.
En la misma semana, Luis Miguel Encarnación también recibió mensajes con hipervínculos que lo redireccionaban a la página web de la funeraria Gayosso, que eran idénticos a los recibidos por Alejandro Calvillo.
El medio señala que la llegada de los mensajes a los tres promotores del impuesto coincidió con un esfuerzo planeado por organizaciones, activistas e investigadores, incluidos los tres mencionados, para coordinar una campaña mediática con el fin de impulsar que el impuesto al refresco aumentara al doble.
Tanto Barquera como Encarnación y Calvillo también estuvieron detrás de un esfuerzo fallido en 2015 de legisladores y cabilderos refresqueros que querían reducir a la mitad el impuesto.
Una semana después de que fue anunciada la campaña, los teléfonos de los tres promotores empezaron a sonar con los mensajes que contenían los programas espía.
Cada uno fue blanco del principal producto de NSO, un sistema de rastreo llamado Pegasus, el cual puede extraer mensajes de texto, listas de contactos, correos electrónicos y hasta la ubicación del usuario; éste también convierte los celulares en grabadoras y capta de manera secreta lo que la cámara del teléfono está viendo en vivo.
Los afectados por el NSO no descubrieron el hackeo de sus celulares hasta agosto. SocialTIC, ONDG enfocada a la seguridad digital en México advirtieron a sus contactos sobre posibles mensajes sospechosos. Una investigación posterior hecha por Citizen Lab a los mensajes enviados a Barquera, Calvillo y Encarnación confirmó que los vínculos tenían instalado el programa espía.
Los tres promotores del impuesto al refresco dijeron que no estaban seguros qué órgano gubernamental podría estar detrás del hackeo y reconocieron ser recelosos de usar sus teléfonos para comunicaciones delicadas. Aun así, insisten que no dejarán de enfocarse en su trabajo.
"De repente estás particularmente consciente de todo lo que dices", dijo Barquera. "Todo se siente como una amenaza potencial, algo que podría afectarte después".
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