En su afán por crecer, Uber, la app de transporte bajo demanda, necesita nuevos chóferes y muchos de ellos requieren autos, por lo que comenzó a ofrecer un programa de leasing, o arrendamiento, en Estados Unidos, a través de una subsidiaria basada en Delaware, llamada Xchange Leasing.
La nueva empresa se asocia con distribuidores de autos e incluso paga a hombres para que recuperen los coches de los chóferes que no pagan su crédito.
La apuesta de Uber podría ser la clave para expandirse y vencer a competidores como Lyft en Estados Unidos y a otros rivales en el resto del mundo. Sin embargo, implica también entrar al mercado de personas con mal historial crediticio o que nunca han recibido un préstamo.
El programa funciona así: los chóferes pagan 250 dólares como depósito y semanalmente hacen pagos a Uber, durante tres años; la empresa cobra automáticamente el dinero de lo que el conductor gana en los viajes. Al final del periodo, Uber se queda el depósito de 250 dólares y si los conductores quieren comprar el coche, tienen que pagar el valor actual del auto.
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