Costa Rica es bien conocido por sus actividades de ecoturismo, sus esfuerzos de conservación y por la posibilidad de avistar emblemáticas aves como el tucán y el quetzal, pero este país conformado por 7 provincias y 171 áreas protegidas tiene diferentes rincones que combinan lo mejor de dos mundos: lujo y naturaleza.
Un lujo que se disfruta de una manera diferente: descansando en hoteles de ensueño ubicados en paraísos en medio de la naturaleza…
MONTEVERDE
La Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde está situada en el norte de Costa Rica, a una altura de 1,500 metros sobre el nivel del mar. La inmersión en las nubes durante largos periodos de tiempo configura la arquitectura de especies del bosque nuboso, que se caracteriza por su exuberante vegetación y una rica biodiversidad. Justamente la biodiversidad es una característica muy importante del Bosque Nuboso de Monteverde; se calcula que alrededor del 50% de la biodiversidad de Costa Rica puede encontrarse en esta zona, lo que equivale a un 2.5% del total de la biodiversidad mundial.
El lugar se compone de varias reservas naturales, un pequeño poblado y una diversa oferta de hoteles, recomendamos especialmente el Hotel Senda Monteverde ubicado entre nubes, bosque y montañas, y lo mejor, a solo pasos de la reserva Aguti, a donde se puede acceder de manera gratuita para tener encuentros únicos con animales, como monos y decenas de colibríes.
Después de un delicioso desayuno en su restaurante Senda, durante el día pueden visitarse lugares como la Reserva Forestal de Monteverde, justamente, donde suele anidar el quetzal. El mejor momento para avistarlo es durante su temporada de reproducción: desde mediados de febrero hasta julio. En estos meses, los árboles de aguacatillo producen sus frutos y estos son los preferidos por esta especie que fuera adorada por los antiguos mayas, quienes lo consideraban un símbolo de prestigio y riqueza.
A pocos minutos puedes visitar otra experiencia imperdible: la finca productora de café Monteverde, reconocido como uno de los mejores de Costa Rica y donde se puede aprender de la mano de expertos sobre el proceso de elaboración, de sus programas de educación, y por supuesto, llevarse algunas bolsitas a casa. Aquí también puede adquirirse el emblemático chorreador, un pequeño objeto de madera en el que se coloca una bolsita de algodón para poner el café molido y al que solo se le agrega el agua. Este método de preparación permite controlar completamente el proceso; incluida la proporción de café y de agua, la velocidad de vertido y el tiempo de infusión. Es de los más utilizados en Costa Rica.
PENÍNSULA PAPAGAYO
Después de pasar unos días en las montañas se puede manejar, o tomar un vuelo desde San José, para llegar a Liberia; de ahí, se maneja alrededor de una hora para llegar a la Península Papagayo, un paraíso de lujo en el que celebridades como Madonna han adquirido propiedades y que suele ser visitado por estadounidenses y europeos todo el año.
Aquí se encuentra el hotel Four Seasons Resort Costa Rica at Península Papagayo, que incluye unas vistas incomparables del Océano Pacífico además hay diferentes actividades para poder apreciarlo: caminatas al atardecer, tours de snorkel y SUP gratuitos, y paseos en yates de lujo que pueden reservarse en el área de concierge.
Como parte de la oferta gastronómica, el hotel cuenta con diferentes opciones, como Bahía, una cocina abierta a leña comandada por el chef Heberto Mejía; Nemare, asador de carnes y mariscos donde hay que probar la piedra de Wagyu y la parrillada de carnes; Añejo, un bar de tapas y crudos; o Pesce, de especialidades italianas con cocina de mar local y donde se recomiendan las pastas. Todos son supervisados por el chef ejecutivo Emiliano Rabia, quien solía estar a cargo de la cocina del Four Seasons en Ciudad de México. Además, los huéspedes pueden asistir a degustaciones de ron, café o chocolate de manera gratuita.
https://www.fourseasons.com/costarica/
Fotos: Cortesía Instituto Costarricense de Turismo (ICT)/ Four Seasons Resort Costa Rica/ Senda Monteverde