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Zonas arqueológicas imperdibles en Quintana Roo

Tulum

Quintana Roo, un destino mundialmente conocido por sus playas de ensueño y su vibrante vida nocturna, también esconde entre sus selvas y costas un tesoro invaluable: sus zonas arqueológicas mayas.

Los vestigios de una de las civilizaciones más avanzadas del mundo permanecen enigmáticamente dispersos a lo largo del estado, invitando a los viajeros a descubrir su historia, arquitectura y cultura.

Tulum

Uno de los sitios arqueológicos más emblemáticos de Quintana Roo es Tulum, ubicado en lo alto de un acantilado que domina el Mar Caribe.

Esta antigua ciudad maya fue un puerto fortificado, y su nombre, que significa “muralla”, alude a la enorme pared que rodea tres lados del sitio. Tulum fue un importante centro comercial en la ruta marítima maya, intercambiando productos como jade, obsidiana y textiles.

Lo que hace de Tulum un lugar verdaderamente especial es su ubicación, con vistas impresionantes del océano turquesa que se extienden hasta donde alcanza la vista.

Los visitantes pueden caminar entre las antiguas ruinas y explorar estructuras como “El Castillo”, que probablemente servía como faro para los navegantes, y el “Templo de los Frescos”, famoso por sus detalladas representaciones en estuco de deidades mayas.

Además de su riqueza arqueológica, la proximidad de las ruinas a las playas de Tulum permite a los viajeros disfrutar de un día completo entre cultura e impresionante naturaleza, ya sea recorriendo las ruinas o relajándose en las aguas cristalinas de la Riviera Maya.

Cobá

A tan solo 45 kilómetros al noroeste de Tulum se encuentra Cobá, un sitio arqueológico que alguna vez fue una de las ciudades mayas más grandes y poderosas de la península de Yucatán.

Cobá es famosa por su vasta red de “sacbéob”, antiguos caminos elevados que conectaban ciudades mayas a lo largo de la región. De hecho, uno de los sacbé más largos conocidos va desde Cobá hasta Yaxuná, en Yucatán, cubriendo más de 100 kilómetros.

El atractivo principal de Cobá es su pirámide, “Nohoch Mul”, que, con 42 metros de altura, es la estructura maya más alta de la península.

Escalar hasta la cima es un esfuerzo que vale la pena, recompensando a los aventureros con una perspectiva única de cómo los mayas vivían y dominaban su entorno.

Cobá también destaca por ser menos concurrida que otras zonas arqueológicas, lo que permite a los visitantes disfrutar de un recorrido más tranquilo y personal por la historia maya.

San Gervasio

Cozumel, conocida por ser un paraíso para el buceo, también alberga su propio sitio arqueológico, San Gervasio, que fue un importante centro ceremonial dedicado a Ixchel, la diosa maya de la fertilidad y el amor.

Durante la época prehispánica, peregrinos de toda la región venían a este sitio para rendir homenaje a la diosa, lo que convirtió a San Gervasio en un lugar espiritual clave en el mundo maya.

El sitio cuenta con varias estructuras que formaban parte del centro ceremonial, incluyendo templos y altares. Los caminos bien señalizados permiten a los visitantes explorar este tranquilo rincón de la isla, rodeado por la densa vegetación tropical.

El Meco

Para los viajeros que se hospedan en Cancún y desean explorar una zona arqueológica cercana, El Meco es una excelente opción. Ubicado a unos pocos kilómetros al norte del centro de la ciudad, este sitio fue un importante centro ceremonial y político durante el periodo posclásico tardío.

A diferencia de los grandes complejos como Tulum o Cobá, El Meco ofrece una experiencia más íntima, ideal para quienes buscan explorar sin las grandes multitudes.

El Meco destaca por su pirámide, que, con 12 metros de altura, es la estructura más alta en las cercanías de Cancún. Desde la cima, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de la costa y la Laguna Nichupté, lo que brinda una nueva perspectiva del área turística.

A pesar de su tamaño más modesto, El Meco fue un importante punto de conexión entre las ciudades mayas del interior y la costa, y su relativa tranquilidad permite a los visitantes adentrarse en la historia sin prisas.

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