París, Marsella y otras grandes ciudades francesas, como Burdeos, Estrasburgo y Lille, no instalarán pantallas gigantes para transmitir el Mundial de Qatar del próximo noviembre como signo de protesta por la situación de los Derechos Humanos en ese país del Golfo Pérsico.
Aunque es habitual que las ciudades francesas instalen pantallas gigantes para seguir grandes acontecimientos internacionales como los Mundiales de futbol, estas cinco importantes urbes, gobernadas por coaliciones progresistas, harán una excepción en Qatar 2022.
El Ayuntamiento de París justificó su negativa a proyectar los partidos -en 2018 fueron en la plaza del propio Consistorio- por las condiciones laborales y medioambientales del Mundial de Qatar y por razones meteorológicas, pues entre noviembre y diciembre las bajas temperaturas parisinas dificultan actos al aire libre.
En una nota enviada a Franceinfo, la ciudad de Marsella tildó el torneo de “catástrofe humana y medioambiental”, incompatible con los valores que debe transmitir el deporte.
Desde hace un mes, varias manifestaciones de descontento con el Mundial en Qatar se han hecho públicas en Francia y algunos medios de comunicación, ONG y líderes políticos se han planteado la necesidad de boicotear esa competición.
L’Equipe justica su amplia cobertura del Mundial de Qatar
L’Équipe se justificó, en nombre de la “misión de información”, por la cobertura que tiene previsto hacer del Mundial de Qatar ante la polémica creciente en Francia sobre la conveniencia o no de boicotearlo por las violaciones de los derechos humanos allí.
“Como para los últimos Juegos (Olímpicos) en Pekín, L’Équipe no boicoteará el Mundial de Qatar”, subraya el director, Jérôme Cazadieu en un editorial que trata de responder a ese debate que, como recuerda, se ha repetido en numerosas ocasiones desde el que se disputó el Mundial de Argentina en 1978 durante la dictadura de Jorge Videla.
Para el director del diario deportivo francés de referencia, “informar no puede hacerse con guantes blancos o quedándose sentado en un despacho. Está en juego nuestra misión fundamental, la de informar a nuestros lectores. La misión de un medio de comunicación es ir a todos los terrenos para contar la realidad”.
Sabiendo que la FIFA ingresará 6 mil millones de dólares gracias a este Mundial, Amnistía Internacional y las ONG que le apoyan le piden al menos 440 millones, una cifra equivalente a la dotación prevista en premios.