Hay quien viaja a Nápoles sólo para probar cómo es la pizza en la ciudad italiana que la vio surgir por primera vez de los hornos, a Guadalajara sólo para probar una auténtica torta ahogada con birote, a Oaxaca para dejarse seducir por una tlayuda con tasajo o a Yucatán para probar la receta original de la cochinita pibil.
Para los entusiastas de buscar experiencias culinarias en cada viaje, existen posibilidades turísticas para explorar los caminos sin más guía que el amor por la comida local.
Ruta del vino y el queso
Un recorrido que abarca de Aguascalientes a Querétaro, región de viñedos y diversas experiencias etílicas como tours por las fincas, catas de sabores, escuelas de vino artesanal y fiestas de vendimia donde se realiza el pisado de las uvas tras su cosecha.
Además, hay variedad de quesos, en lugares como Tequisquiapan, Querétaro, se producen artesanales de vaca, cabra y oveja.
En esta ruta se pueden conocer, de primera mano, los procesos que llevan estos sabores a nuestras mesas.
Ruta del cacao
Hay opciones para conocer los procesos de producción del cacao en las haciendas y su conversión al chocolate. Tabasco se considera cuna del cacao, en Comalcalco hay recorridos para conocer las distintas etapas de este alimento en los talleres, sitios de cultivo y un Museo del Chocolate.
La variedad que se encuentra en Comacalco es cacao nativo, el más antiguo en cultivo y uno de los más famosos por su calidad, se utiliza para bebidas de la región como el pozol y el tascalate.
Chiapas también forma parte de la Ruta del Cacao, aunque también destaca por su tradición cafetalera, hay un Museo del Café en Tuxtla Gutiérrez.
Ruta de los mil sabores del mole
La diversidad de moles en Oaxaca se puede encontrar en cada mercado, de entre todos destacan siete de los más representativos: Mole Negro, Mole Coloradito, Mole Amarillo, Mole Verde, Chichilo, Almendrado y Manchamanteles.
La gastronomía del estado no se agota en ese platillo, por lo que durante esa ruta también se pueden alternar otras preparaciones como tlayudas y bebidas como tejate y mezcal, o bien, conocer la elaboración del quesillo.
Ruta de los dulces sabores de antaño
Este recorrido está conformado por los estados de Tlaxcala y Puebla.
Inicia por las pulquerías de la capital de Tlaxcala, con su diversidad de curados como almendra, apio, avena, cacahuate, tuna, melón, fresa, limón, jitomate, piñón, chile, pistache y nuez.
Además, hay varias opciones para degustar comida tlaxcalteca, en la cual se mezclan sabores dulces, salados y picantes, como en el chileatole. Incluso hay cursos en algunos restaurantes para aprender las recetas locales.
En Puebla, la ruta inicia en la ciudad y también pasa por Cholula, Zacatlán de las Manzanas y Cuetzalan. El estado está lleno de leyendas gastronómicas, como aquella que cuenta cómo se inventó el mole poblano en el convento de Santa Rosa de Lima para agasajar al virrey de la Nueva España durante una visita. Tampoco faltan los rompopes conventuales y, si es temporada, los chiles en nogada.
Hay talleres de dulces donde se encuentran nueces y piñones, el famoso Mercado de los Sabores, La Casa del Alfeñique, el Mercado El Parián y la popular tienda Pasita, que desde 1916 ofrece licores, gastronomía y arte.
También en Zacatlán de las Manzanas se ahonda en la producción de la sidra, un tipo de vino tipo espumoso de la región.
Ruta de la cocina al son del mariachi
Esta ruta se ubica en los municipios de Guadalajara, Tapalpa, Mazamitla, Tequila y Chapala, en Jalisco, estado de tradición tequilera.
Para complementar la buena música y las bebidas de tequila, se pueden encontrar platillos regionales como birria, borrego al pastor, y torta ahogada.
En el pueblo de Tequila hay diversas productoras de la bebida donde se muestra el proceso y el Museo Nacional de Tequila.