Food and Drink

¡Ya es tiempo de espantar el frío con un atole!

A partir de otoño comienza a ser más común beber un jarrito de atole, es una bebida de origen prehispánico cuyos sabores varían según la temporada

Las recetas de los atoles son tan variadas como los sabores que recorren la temporada, como guayaba, capulín, piña, zapote o tamarindo. (Shutterstock)

“Beber una bebida como el atole puede sentirse como el abrazo tierno de una abuela”, escriben Isabel Akbal y Nandi Carmona.

En los puestos de tamales de la Ciudad de México podemos encontrar atole todo el año, como binomio inseparable de una “guajolota” (torta de tamal), además, en algunas regiones se acostumbra darlo de beber a las mujeres que amamantan, para ayudarlas con su proceso.

A partir de otoño comienza a ser más común beber un jarrito para espantar el frío, es tradicional en Día de Muertos, luego en las posadas decembrinas, en Día de Reyes y de la Candelaria.

Esta es una bebida que se preparaba ya en la época prehispánica, en los escritos de fray Bernardino de Sahagún de 1565 existe el registro de que las personas de los pueblos originarios vendían una bebida de maíz molido que se ofrecía caliente o fría, la llamaban atolli, que significa “aguado”.

“Nuestras bebidas calientes eran a lo largo del XVI y del XVII el chocolate para los ricos y el atole para los pobres”, describe el cronista Salvador Novo en Historia gastronómica de la Ciudad de México.

De acuerdo con Novo, los atoles y el pulque se beneficiaron cuando comenzó a cultivarse la caña de azúcar en este territorio, los sabores dulces en esta bebida se ampliaron por toda la Nueva España.

Hoy se consume en todo el país con endulzantes variados (azúcar, piloncillo, miel o dulces) o como preparaciones saladas como el chileatole, las recetas son tan variadas como los sabores que recorren la temporada, como guayaba, capulín, piña, zapote o tamarindo.

Estas son algunas opciones para calentar tu estómago con un sabor ancestral.

Champurrado

Nacido de la unión de dos ingredientes prehispánicos: maíz y chocolate. Hay muchas variantes en su preparación, entre sus recetas es popular hacerlo en agua con piloncillo, canela y pinole.

Atole de guayaba

La cosecha de guayaba se concentra entre los meses de septiembre a febrero, por lo que el atole de esta fruta es típica en esta temporada. Es popular en especial en el centro del país, la pulpa se mezcla con el maíz y se prepara con piloncillo o azúcar, leche y hay quien utiliza leche condensada y fécula de maíz.

Atole blanco

También es llamado atole de masa, su base es el maíz blanco y se prepara en agua. En esta temporada se acostumbra acompañarlo con dulce de calabaza de Castilla, también llamado Calabaza de Todos los Santos, preparación endulzada con piloncillo.

Atole de aguamiel

Un sabor común en los estados de tradición pulquera, se mezcla el atole blanco con el aguamiel, en algunos lugares agregan cáscara de naranja o leche.

Atole de ceniza

Este es el sabor de la masa del maíz mezclada con la ceniza del fogón, azúcar o panela. Se prepara en algunas regiones para Día de Muertos.

Atole de mandarina

Un sabor de época porque esta fruta se cosecha en estos días. El atole se hace con harina de maíz, agua azúcar y jugo de mandarina.

Atole de amaranto

Llamado también “atole de alegría”, es una preparación con semilla de amaranto tostada y molida, se hace en leche o agua y se endulza con piloncillo. Se consume principalmente en el centro del país.


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