Seguramente has escuchado la palabra volatilidad cuando las personas se refieren a los activos en los mercados o cuando se habla del tipo de cambio.
En términos generales, la volatilidad se refiere a la variación del precio de un activo en un periodo determinado. Aunque al principio esto pueda sonar como una amenaza para las personas que invierten en los mercados bursátiles lo cierto es que muchas veces la volatilidad puede ser una oportunidad para obtener mayores beneficios, lo importante es saber cómo funciona y así usarla a tu favor.
¿Qué es la volatilidad?
Es una estadística que mide las variaciones que afectan a la rentabilidad y/o el precio de un activo con respecto a su media en un período de tiempo determinado, según señala el portal Fondos.com.
Es decir, hace referencia a los movimientos que un activo experimenta en su precio.
¿Cuáles son los tipos de volatilidad?
De acuerdo con Xavier Puig, doctor en Administración y dirección de Empresas, existen cuatro tipos de volatilidad:
- Volatilidad histórica. Es la variabilidad de la rentabilidad, mas no del precio, de un activo financiero en un periodo determinado respecto a la rentabilidad promedio de dicho lapso.
- Volatilidad implícita. Es la estimación a futuro de un determinado activo financiero y se calcula a partir del precio de los activos en el momento actual. Esta medida no es única y muestra las expectativas del mercado sobre la volatilidad de un producto derivado.
- Volatilidad estocástica. Ocurre cuando los activos cambian a lo largo del tiempo de forma incierta.
- Volatilidad determinista. Cuando en la volatilidad no se producen cambios, o si se producen se pueden estimar sin ningún error de medida.
¿Cómo afecta la volatilidad a las inversiones?
Existen distintos factores que pueden influir en la volatilidad de los mercados tales como las tensiones geopolíticas generadas a partir de la invasión de Ucrania o la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como problemas sanitarios globales como la pandemia de COVID-19.
El plazo de las inversiones es otro factor a considerar. Según explica el sitio Atl Capital, invertir en activos financieros volátiles a corto plazo es más arriesgado ya que la oscilación de precios es mayor y por tanto aumenta la probabilidad de vender con pérdidas.
Sin embargo, esta probabilidad disminuye a medida que aumenta el plazo de inversión. En muchos casos la volatilidad es una aliada para obtener mayor rentabilidad, siempre y cuando se aprovechen los momentos de tensión en el mercado y se compren activos por debajo de su valor estimado.
¿Cómo usar la volatilidad de los mercados a tu favor?
Para sobrevivir a la volatilidad y sortearla con éxito, Javier Molina Jordá, asesor financiero especializado en inversiones, sugiere que un inversionista debe tener claros sus objetivos en primer lugar, la estrategia, el tiempo para llegar a ellos y asumir cierta disciplina.
“En ese contexto, cada uno debe saber qué estrategia y perfil quiere asumir, cuáles son sus objetivos y, lo más importante, si será capaz de mantener la posición tomada”, apunta el especialista.
Lo que también es una realidad es que la historia y las estadísticas son claras, y uno de los mejores sitios para colocar los ahorros es en los mercados, claro, con responsabilidad y de preferencia bien asesorado por especialistas.
En general no invertir y, por ejemplo, guardar el dinero “bajo el colchón”, significa perder dinero, porque la inflación se va comiendo el poder adquisitivo. Con ciertos conocimientos y utilizando los vehículos existentes, hoy en día es posible sortear los mercados y su volatilidad.
Molina señala que basta con fijarse en algunos hábitos que se han empezado modificar y a crear, como el uso de tecnologías de comunicación o el incremento del e-commerce, que han acelerado el camino previsto para los hábitos del consumidor en los próximos años, para encontrar oportunidades y aprovecharse de esas correcciones en los mercados.