Es muy probable que la economía de nuestro país haya observado una caída en el PIB de 0.1 por ciento el año pasado. El jueves de la semana que entra (30 de enero) el Inegi publicará la tasa de crecimiento del PIB del cuarto trimestre de 2019 y con ese dato podremos conocer cuánto creció la economía durante el año completo. A la luz de lo que ha ocurrido durante los primeros años de gobierno en los últimos cuatro sexenios, era predecible que el PIB crecería poco al ser un primer año de gobierno. Esa desaceleración que experimenta nuestro país en el primer año de cada administración ha sido explicada principalmente por una caída en la inversión, tanto privada —ante la incertidumbre que genera cada cambio de gobierno— como pública, debido al cambio del personal que lleva a cabo el ejercicio del gasto y la inversión pública, en donde los que llegan necesitan tiempo para aprender las reglas y protocolos para ejercerlo ('El crecimiento durante el primer año del sexenio', 4 de septiembre, 2018).
No obstante lo anterior, la desaceleración económica que observó la economía mexicana el año pasado no solo tuvo que ver con el comportamiento 'típico' de un primer año de sexenio, sino también de cuatro factores adicionales: (1) Desaceleración global de la manufactura, en parte por la guerra comercial China-Estados Unidos. Sin embargo, algo que también afectó a la actividad industrial, particularmente en México, fue una desaceleración de la industria automotriz en EU. Por el lado de la oferta, la huelga de General Motors —que tuvo una duración de 40 días—, y por el lado de la demanda, la venta de autos cayó por quinto año consecutivo en EU y por segundo año consecutivo en México; (2) el hecho de que se dejó de construir el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco (NAICM) y que las obras alternativas han tardado mucho en iniciar su construcción; (3) cuatro choques transitorios que restaron actividad económica de manera significativa: (a) Falta de suministro de gasolina en varios estados cuando inició el combate al 'huachicol'; (b) huelgas en la industria maquiladora en Tamaulipas; (c) bloqueos en las vías férreas en Michoacán, que pararon una parte importante del comercio internacional por varias semanas; y (d) la decisión de la jefa de Gobierno de la CDMX de parar las obras de construcción en la capital de nuestro país; y (4) la inversión privada está tardando más tiempo que en otros sexenios en reactivarse ('Sobre el combate al robo de combustibles en México', 15 de enero, 2019; 'Posible impacto de la falta de suministro de gasolina en el PIB', 22 de enero, 2019; y 'El bloqueo de las vías férreas en Michoacán y las huelgas en Tamaulipas', 12 de febrero, 2019).
En este último punto, observando la trayectoria de la inversión en el primer año de gobierno en los últimos sexenios, normalmente la inversión se cae en la primera mitad del año y se recupera durante la segunda mitad del año. Inclusive, en varios casos la inversión termina el año con una tasa de crecimiento positiva. En el primer año del expresidente Fox, la inversión cayó 10.5 por ciento y se recuperó un poco disminuyendo 7.3 por ciento en todo el año 2001. Por su parte, en el primer año del expresidente Calderón, la inversión observó una caída de 1.9 por ciento de enero a junio y se recuperó, creciendo 5.8 por ciento en 2007. Asimismo, en el primer año del expresidente Peña Nieto, la inversión cayó 7.4 por ciento y se recuperó en el segundo semestre, registrando una caída de 3.4 por ciento en 2013. El año pasado, la inversión cayó 2.8 por ciento de enero a junio. A pesar de que es una caída pequeña, comparada con Fox (-10.5 por ciento) o Peña Nieto (-7.4 por ciento), la inversión no ha mostrado recuperación, como en los otros sexenios. De hecho, de enero a octubre —que son los datos que están disponibles—, la inversión lleva una caída de 5.2 por ciento, mayor a la del primer semestre de 2.8 por ciento. Es muy importante generar confianza entre los empresarios e inversionistas para que nuestro país pueda crecer más ('México puede crecer más si se genera mayor confianza', 7 de mayo, 2019).
En el equipo de análisis económico del Grupo Financiero Banorte —a quien tengo el honor de dirigir—, anticipamos que el PIB de nuestro país crecerá 0.8 por ciento. En este sentido, consideramos que éste se explicará principalmente por: 26 puntos base (pb) por ser año bisiesto, 20 pb por aumento de la producción petrolera hacia 1.95 millones de barriles al día, 54 pb por reactivación de proyectos de inversión privada —en algunos casos debido a la aprobación del T-MEC—, y ejecución de la fase 1 del Plan Nacional de Infraestructura y -20pb debido a que vemos muy probable que la desaceleración global se acentúe en la segunda mitad del año y esto reste un poco de actividad económica.
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.
* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.