En un artículo de Diego Badillo publicado el 10 de julio pasado se señala que a los migrantes mexicanos radicados en EU les preocupa la difícil situación económica que atraviesa el país, así como la violencia que enfrentan diversas regiones del territorio de México. En los últimos 10 meses, ambas situaciones se han convertido en incentivos perversos para la migración.
La gente se aventura a dejar sus comunidades y cruzan de manera ilegal la frontera para internarse en EU, ya que en sus lugares de origen no tienen opciones para sobrevivir. Claudia Lucero, coordinadora de la Organización Durango Unido en Chicago e integrante de la Alianza Américas, mencionó que les queda claro a los migrantes que la actual administración llegó con otra retórica que les dió una perspectiva alentadora, empero, los problemas persisten como el de la inseguridad. Considera “que mientras no haya cambios de política pública que realmente ayuden a cambiar la distribución de la riqueza y crear espacios más equitativos, las cosas van a seguir igual”.
En este contexto, los migrantes piensan “que aunque el crimen organizado actuaba”, no lo hacía como ahora; “cobran derecho de piso para todo, desde poner un negocio y hasta la misma Iglesia”. Existen diversas investigaciones que apuntan a que el gobierno tiene pactos con las organizaciones delictivas.
Se advierte un serio problema de desplazamiento interno forzado hacia EU debido a la creciente violencia en diferentes regiones del país. En este sentido, Sergio In Fanzon, líder comunitario en Los Ángeles de la Red de Liderazgo Sureste y enlace nacional de la Coalición de Migrantes Mexicanos, apunta que durante los últimos 15 años el principal problema de México es la violencia, “incluso por arriba de la corrupción”. Lo peor es que si no hay un control de lo que está pasando en el país, los mexicanos en EU que están en condiciones de regresar “la pensarán dos veces”, y es una pérdida para el país, sobretodo hay quienes se preguntan si es posible invertir en México con seguridad.
Los líderes migrantes reflexionan sobre la narrativa del gobierno federal, y han llegado a la conclusión de que es falso que México está en una cuarta transformación, como lo dice el presidente AMLO. “Estamos en una transición en el partido del gobierno, donde los partidos perdieron autoridad”. Se registró un cambio de timón, empero, no existe una política que refleje una transformación o modificación sustancial de las prácticas que han existido en la vida pública del país.
Lo que ha hecho el gobierno es implementar una política de austeridad que lo único que ha producido es golpear a todos los sectores. “Eso no es una transformación; es una política de apretarse el cinturón; de golpear instituciones, lo cual no ayuda porque lo que genera es un vacío democrático”. Los líderes de los migrantes recriminan que el gobierno les ha dado la espalda a los trabajadores migrantes. Lo que las autoridades expresan en sus discursos se oye muy bonito, pero, en los hechos, ni siquiera existe una agenda sobre el tema.