Sonya Santos

La cocina mexicana: un viaje a través de sus influencias

La gastronomía mexicana es un magnífico testimonio de la diversidad y la historia del país que podría seguir escribiendo páginas y páginas.

La cocina mexicana es conocida en todo el mundo por sus extravagantes sabores y su riqueza culinaria. Sin embargo, lo que muchos no saben es que es el resultado de una fascinante fusión de influencias culturales a lo largo de la historia. Desde las civilizaciones indígenas prehispánicas hasta la llegada de los colonizadores españoles y las influencias globales modernas, es un reflejo de su diversidad y la herencia gastronómica.

Sin lugar a dudas la base de nuestra cocina se encuentra en las antiguas culturas indígenas que habitaron la región antes que arribaran los europeos. Ingredientes fundamentales como el maíz, el frijol, el chile, el cacao y el aguacate eran parte de su dieta cotidiana. El proceso de nixtamalización, que consiste en una preparación del maíz en el que los granos se cuecen y se sumergen en una solución alcalina, generalmente de agua y cal alimentaria (hidróxido de calcio). La palabra en sí proviene del náhuatl, nextli, que significa cenizas, y tamali, que significa masa de maíz. Las poblaciones de México y América Central han utilizado este método tradicional durante siglos, técnica que perdura hasta el día de hoy.

La llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI tuvo un impacto profundo en la cocina. Introdujeron ingredientes como el cerdo, el pollo, la res, el trigo y el aceite de oliva. También trajeron métodos como los asados, las frituras y los fermentados. Entre los alimentos que nos llegaron están el trigo, el arroz, el café, el ajo, la cebolla, la naranja. Además, contaban dentro de su bagaje cultural con la influencia árabe, fruto de los ocho siglos de conquista en la península. Estos elementos se fusionaron con los ingredientes autóctonos para dar lugar a platos emblemáticos como el mole, que incorpora ingredientes del ‘viejo’ y ‘nuevo’ mundo, así como técnicas europeas.

Durante dicha época, la costa de Veracruz fue influenciada por las tradiciones africanas. Ingredientes como el plátano macho y el jengibre se incorporaron a la cocina local. Asimismo, por medio de la ruta de la seda y el Galeón de Manila trajeron especias asiáticas hasta nuestro país.

La influencia francesa se hizo sentir en México durante el siglo XIX. Los panes y pasteles introducidos por los galos dieron origen a la famosa ‘torta’ -un tipo de sándwich mexicano-, hojaldres y crepas. También se adoptaron técnicas culinarias más elaboradas, que se reflejan en la preparación de guisos y salsas.

La cercanía geográfica de México a Estados Unidos ha resultado en una interacción constante. La comida rápida Tex-Mex, como hot dogs y hamburguesas, que cruzaron la frontera y se convirtieron en parte de la oferta culinaria.

La influencia turca (libaneses) en la dieta mexicana también ha dejado su huella, especialmente cuando llegaron en el siglo XIX y se establecieron en regiones como la península de Yucatán. En este rincón del país, se encuentra una ensalada que recuerda al tabule y se integraron los deliciosos kibis en el menú. Además, uno de los tacos más icónicos y reconocidos de México, tanto en el país como en el extranjero, proviene de esta influencia. Los llamados tacos al pastor se caracterizan por la carne que se cuece en un trompo, de forma vertical, siguiendo la tradición del shawarma turco.

La gastronomía mexicana es un magnífico testimonio de la diversidad y la historia del país que podría seguir escribiendo páginas y páginas. Cada bocado es un viaje a través del tiempo y las influencias culturales que han dado forma a los fogones, son un tesoro que sigue evolucionando y deleitando a los paladares de todo el mundo. ¡Buen provecho a todos los habitantes del planeta!

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