Sonya Santos

La delicada relación entre el ayuno religioso y la anorexia

La diferencia radica en la motivación subyacente que impulsa a cada desorden, a pesar de que sus manifestaciones físicas puedan ser similares.

En la Iglesia católica, el ayuno se refiere a la práctica de limitar la cantidad de alimentos que se consumen durante un período específico, generalmente como un acto de penitencia o preparación espiritual. Durante el ayuno, se pueden realizar restricciones en las comidas, como reducir la cantidad de alimentos o abstenerse de comer durante ciertos períodos del día. Tiene un significado simbólico de purificación, autocontrol y acercamiento a Dios, y se observa en diversas épocas del año litúrgico, como la Cuaresma y ciertas vigilias importantes.

A lo largo de la historia, la anorexia nerviosa ha adoptado diferentes formas y significados, desde la ‘santa anorexia’ en la Edad Media, asociada a motivaciones religiosas, es decir, con el ayuno, hasta la conceptualización moderna como un trastorno mental complejo influenciado por factores sociales, culturales y familiares. La diferencia radica en la motivación subyacente que impulsa a cada desorden, a pesar de que sus manifestaciones físicas puedan ser similares. En una reflexión personal identifico que la ‘santa anorexia’ emerge como una forma de rebelión contra las normas sociales imperantes y como una búsqueda ferviente de pureza espiritual.

Un ejemplo fue santa Catalina de Siena, nacida como Catalina Benincasa el 25 de marzo de 1347 en Siena, Italia, que desde temprana edad, mostró inclinaciones religiosas extremas, destacándose especialmente en el ayuno, una expresión considerada de castidad y pureza. Aunque la Iglesia regulaba en cierta medida los ayunos, algunas mujeres, como Catalina, los llevaban al extremo, limitándose a comer hierbas durante varios días.

Existen aspectos en la vida de santa Rosa de Lima, patrona de América y Filipinas, que podrían ser interpretados como comportamientos asociados a la anorexia. Al comparar algunos aspectos psicológicos de la vida de la santa con el comportamiento de personas en la actualidad, se observa una similitud en los patrones de conducta.

Sin embargo, el abstenerse de comer no fue simplemente una cuestión de control corporal religioso, ya para el siglo XIX, empieza a ser una rigidez para conservar la belleza, una obsesión por el aspecto físico que ya estaba presente en la sociedad, es el caso de Sissi Emperatriz, quien además tenía comportamientos compulsivos relacionados con su físico, y trataba de mantenerse en los 50 kilos y 47 centímetros de cintura.

Pero en ningún otro período de la historia de la humanidad hemos sido testigos de una presión tan desmedida y omnipresente por parte de la publicidad, los medios de comunicación y las convenciones sociales en relación con la delgadez, el ideal supremo de belleza, salud y estatus, como en la actualidad. La influencia de estos mensajes es particularmente significativa en los adolescentes, cuya identidad y autoestima aún están en proceso de formación, y son requisitos indispensables para lograr éxito, aceptación y reconocimiento en nuestra sociedad contemporánea.

Los trastornos, como la anorexia y la bulimia, proyectan manifestaciones extremas de desórdenes psicológicos que distorsionan significativamente el comportamiento alimentario. Los síntomas pueden incluir cambios en los hábitos de comer, recurriendo a dietas constantes en un intento de satisfacer las expectativas de un determinado grupo, y adaptarse a las normas de belleza predominantes.

Para quienes la padecen, la pérdida de peso se convierte en un símbolo de poder y control sobre sus propios cuerpos, en un intento desesperado de aceptación social, y en el caso de la religión, por alcanzar la pureza espiritual.

Hay quienes manifiestan que las religiosas de la Edad Media podrían ser las iniciadoras de lo que hoy conocemos como anorexia, aunque no es exactamente lo mismo. Mientras que el ayuno se realizaba por diversas razones espirituales, la anorexia nerviosa es un trastorno psicológico grave caracterizado por una restricción extrema de la ingesta de alimentos debido a una percepción distorsionada de la imagen corporal y un miedo intenso a aumentar de peso.

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