Sonya Santos

Del correo a la mesa: gastronomía mexicana en estampillas

Desde la comida oaxaqueña hasta los tacos, pasando por el camarón, la gastronomía mexicana ha sido homenajeada con diferentes estampillas postales.

Cada 9 de octubre, el mundo celebra el Día Mundial del Correo, una fecha que conmemora la creación de la Unión Postal Universal en 1874, en Berna, Suiza. Esta organización revolucionó la comunicación global, facilitando el intercambio de correspondencia entre países y marcando un hito en la historia de las relaciones internacionales. En este contexto, las estampillas se han convertido en pequeños embajadores culturales, reflejando la identidad de las naciones y sus tradiciones.

El sistema postal en México tiene raíces que se remontan a la época prehispánica, cuando el emperador Moctezuma II empleaba a los painani, corredores veloces que llevaban mensajes por todo el Imperio azteca, estableciendo un esquema de postas que servía para mantener el control eficaz del vasto territorio. Este legado de comunicación eficiente ha evolucionado con el tiempo, integrándose en la historia moderna de nuestro país, en lo que hoy se llama Correos de México.

La filatelia mexicana comienza en 1856 con la emisión de la primera estampilla postal, que llevaba el rostro de Miguel Hidalgo y Costilla. Este pequeño cuadro dentado, diseñado por José Villegas, marcó el inicio de una tradición que no solo facilitó el intercambio de correspondencia, sino que también se convirtió en un vehículo de cultura y arte. Cada emisión nueva de timbres ofrecía una ventana al mundo, mostrando los tesoros naturales, históricos y gastronómicos de México.

Un ejemplo sobre nuestra forma de comer es la colección emitida en 2018 que celebraba la Gastronomía Mexicana, inscrita en la lista de Patrimonio Intangible de la Humanidad por la UNESCO. Entre los diseños destacados se encontraba la preparación del caldo de piedra, un platillo tradicional de la comunidad chinanteca de San Felipe Usila, Oaxaca. Representa no solo una forma ingeniosa de cocinar alimentos usando piedras calientes, sino también un ritual que honraba a las mujeres, permitiendo que una receta ancestral, profundamente ligada a la espiritualidad de los pueblos originarios, viajara más allá de las fronteras mexicanas, promoviendo la riqueza cultural del país.

En 2014, se emitieron timbres dedicados al sector pesquero, destacando la importancia de especies como el camarón y la tilapia, dos pilares del sistema alimentario mexicano. Además de conmemoran la importancia económica de estos productos, se suman al esfuerzo de promover el consumo de pescados y mariscos como parte de una dieta saludable.

En 2002, el café mexicano fue protagonista de una emisión especial que destacó su cultivo y tradición, particularmente en las regiones montañosas de Veracruz, Chiapas y Oaxaca, conocidas mundialmente por la alta calidad de su café.

Otro timbre fue el del chile en nogada (2010), emitido para rendir homenaje al Bicentenario de la Independencia de México, con un diseño que resaltaba este platillo emblemático por sus colores patrios: verde (chile poblano), blanco (nogada) y rojo (granada).

En 2014, fue el turno del taco, con una serie especial para celebrar la diversidad de sus variedades, como el taco al pastor, los tacos de carnitas y los de barbacoa, mostrando su gran versatilidad.

La Cocina Tradicional Oaxaqueña (2022) tuvo su propia serie que destacaba los platillos más icónicos de Oaxaca, como el mole negro, las tlayudas y los chapulines. A lo largo del tiempo se ha rendido homenaje al pulque (2021), las carnitas de Michoacán (2018), el maíz (2013) y los chocolates de México (2008), entre muchos otros.

La filatelia en México, desde sus primeros días hasta las emisiones más recientes, sigue siendo una parte esencial de la cultura del país, uniendo el pasado con el presente, llevando la riqueza cultural y gastronómica mexicana a cada rincón del mundo. Las estampillas postales son, sin duda, embajadoras silenciosas que cuentan historias de valor, tradición y sabor.

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